A un mes de que se cierre el mercado de fichajes de la liga española, la plantilla del Deportivo está prácticamente cerrada y tiene una pinta francamente buena. No es fácil decir esto el segundo día de agosto. No resulta sencillo encontrar a estas alturas de la película a un club de Primera División que ha tenido que cambiar entre ocho y diez jugadores de su plantel con un equipo tan compensado y armónico en todas sus líneas.
Queda mercado y un mes da para mucho en el fútbol español, pero lo adelantado hasta el momento por la dirección deportiva del conjunto blanquiazul merece reconocimiento. Es cierto que ahora puede venir Luis Enrique y llevarse a Lucas Pérez al Camp Nou, puede venir Pako Ayestarán y llevarse a Sidnei a Mestalla o puede venir el New Team de Oliver y Benji y llevarse a Pedro Mosquera al «estadio que vibra con la emoción de ver jugar a los dos», pero éstas serían situaciones no planificadas y no controladas. Lo planificado y lo controlado, hasta el momento, ha ido saliendo según los cauces previstos. Y no me cabe duda de que si alguno de los anteriormente citados acaba partiendo, en el Dépor ya hay plan B con el dinero que irrumpirá.
Lux, Tyton y Rubén. Juanfran y Laure. Albentosa, Sidnei y Arribas. Navarro y Saúl, con la duda de ver qué pasa con Luisinho y el movimiento dominó que esto genere -el cántabro no termina de convencer a la dirección técnica-. Álex Bergantiños, Mosquera, Borges y Guilherme. Bruno Gama, Marlos, Emre, Fajr, Carles Gil y Borja Valle. Lucas, Andone y Oriol. Son 21 fijos y tres dudas -Luisinho, Valle y Saúl-. Plantilla corta y con futbolistas polivalentes, lo que querría cualquier entrenador.
Si el año pasado las cosas se hicieron bien, parece que este año se ha dado un paso adelante. El anterior curso se buscó en el mercado producto nacional o contrastado en la máxima categoría de nuestro fútbol -vinieron Navarro, Arribas, Mosquera, Cani, Fede Cartabia, Fajr y Jonás Gutiérrez-. Este verano se ha rastreado el fútbol internacional gracias en parte a la experiencia de Richard Barral en el mercado sudamericano y europeo.
No cabe duda de que entre estas incorporaciones hay muchas incógnitas, pero también hay fichajes contrastados. Cualquiera se ilusiona viendo en Youtube los regates de Fariña, los golpeos de Juca o las gambetadas de Rudy Cachicote, pero esto parece que es distinto. Se ha traído a una estrella emergente del reciente campeón de América (si finalmente no hay sorpresa), a un mediocentro que destacó en Brasil y se lesionó en Italia que está dejando impresionado a sus compañeros en los entrenos y amistosos o a un futbolista de buen toque de balón que estaba en el mejor momento de su carrera en el Galatasaray. Todo esto sin dejar de lado las consignas de apostar por gente que conozca la competición y que se pueda acoplar rápido a los compañeros. Este año han sido Tyton, Rubén, Albentosa, Bruno Gama -que ya había estado en la casa-, Carles Gil y Florin Andone.
Otro de los puntos positivos de este mercado es que la afición ha podido comprobar que en el club hay efectivo. Que ya no son todos jugadores con la carta de libertad bajo el brazo o cesiones de equipos grandes. Que ahora se saca la chequera y se pagan cuatro millones de euros por el delantero más completo de la pasada Segunda División. Que ahora se saca el talonario y se apuesta de lleno por un central como Raúl Albentosa que siempre que ha jugado en España ha mostrado una total fiabilidad defensiva. Y se les firman por varios años.
Desde aquí, ‘Desde mi rincón’, nueva columna de opinión en Riazor.org, quiero alabar hasta el momento el trabajo de la dirección deportiva. Por adelantado y con muy buena letra.