Hace ocho años, Róber Pier se despedía de A Coruña para salir en calidad de cedido a un Levante que buscaba -y acabaría consiguiendo- el ascenso a Primera División. El central acabaría haciéndose un hueco en el equipo granota, donde permaneció siete temporadas antes de cambiar Valencia por Gijón. Este fin de semana volverá por primera vez a la que fue su casa, un estadio de Riazor donde contará con el apoyo de familiares y amigos, que al menos por un día dejarán de animar al Dépor en favor del Real Sporting.
«Es muy especial para mí. Nunca he jugado en Riazor como visitante y me hace mucha ilusión. Es el campo de mi ciudad y van a estar mi familia y mis amigos. Todo mi entorno. Es único y me apetece vivirlo», explicaba este miércoles en rueda de prensa. Un encuentro especial «precioso lleno de sportinguistas y también con la gente del Dépor ‘a full’ con ellos». Para Róber no cabe duda de que «lo vamos a disfrutar muchísimo, yo el primero en ese ambiente y ese campazo».
Preguntado por cómo lo viven sus allegados, confiesa que todavía hay alguno al que el sentimiento blanquiazul le tira más que los lazos de sangre. «Mi familia va toda con el Sporting salvo mi cuñado, que es imposible. Excepto algún amigo que es cabroncete la mayoría de mis amigos va conmigo. Entiendo que hay un sentimiento de muchos años y que haya división», aseguró sonriente.
A nivel clasificatoria, el conjunto asturiano llega a esta jornada 16 en una buena situación pese a perder ante el Granada hace unos días. En cualquier caso, nada parece muy claro a estas alturas: «Lo que nos preocupa es estar en ese pelotón de equipos que poco a poco se va formando y donde tenemos que estar enganchados. Lo importante es que ojalá podamos acabar en ascenso directo».
Uno de los temas que han afectado a los de Rubén Albés han sido sus propios errores, por culpa de los cuales han perdido algunos puntos: «Cada gol siempre se puede evitar. Si analizamos los goles no son fallos a nivel colectivo muy claros. La idea del equipo sigue firme. No es que esté fallando algo de la esencia. Pueden ser fallos puntuales porque cada partido es diferente. Al final los fallos no pueden ser algo que te haga dudar de tu estilo. En ese sentido estamos tranquilos»
Una de las preocupaciones de la afición rojiblanca tiene que ver precisamente con su futuro, pues a final de temporada su vinculación con el club llega a su fin. «Yo con el Sporting tengo una relación muy clara. Habrá que hablar durante lo que queda para ver si queremos variar el contrato, pero de momento no ha habido mucha conversación. Estamos tranquilos», concluyó.