El partido del viernes en Leganés fue el vigésimo quinto encuentro disputado por Rubén Martínez esta temporada, cifra que supone la renovación automática del vínculo entre el arquero y el Deportivo por un año más, en base a una cláusula contractual.
De este modo, la permanencia de Rubén en la entidad herculina queda prorrogada hasta junio de 2019, independientemente de si el equipo logra la salvación o desciende a Segunda División.
El de Coristanco ha sido el único portero del Deportivo que ha tenido cierta continuidad a lo largo de una temporada convulsa en esta demarcación, que ha sido ocupada por cinco futbolistas: Pantilimon, Tytoń, Francis, Kóval y el propio Rubén, que en los veinticinco partidos disputados ha encajado un total de 49 goles.
Así, ha sido un año complicado para la portería del Deportivo, con cuantiosas actuaciones por debajo del nivel exigido en Primera División. En el caso de Rubén, fue titular en las dos primeras jornadas, luego sufrió una lesión que le mantuvo más de dos meses alejado de los terrenos de juego, y a su vuelta alternó partidos aceptables con errores que costaron puntos. De hecho, en el partido ante el Éibar de esta segunda vuelta, Seedorf relegó al gallego al banquillo para darle una oportunidad a Maksim Kóval, llegado en el mercado invernal. Sin embargo, una actuación esperpéntica del guardameta ucraniano, con error clamoroso y expulsión en cuarenta minutos, devolvió a Rubén a la titularidad.
En los últimos partidos, la mejoría global del equipo también ha afectado a la portería. El pasado martes, ante el Sevilla, Rubén realizó su mejor partido de la temporada, con varias paradas clave que permitieron que el Dépor sumase un punto. Además, el conjunto coruñés ha logrado encadenar dos partidos sin encajar por primera vez desde que comenzó el curso, aunque en este caso ha sido la falta de puntería la que le ha privado de aumentar sus posibilidades de alcanzar la permanencia.