El corazón de los deportivistas recibió hace pocos días otro duro golpe al consumarse el descenso -con despedida de Valerón incluída-. Tras varias decepciones en estos últimos años, la herida se ha vuelto a abrir.
Quizás los ojos de los miles de hinchas herculinos que acudieron a Riazor este fin de semana y de otros tantos de miles que siguieron el encuentro por la televisión, no derramaron tantas lágrimas como hace dos campañas. La gran mayoría guardaba en la retina lo acontecido en el 2011 ante el Valencia. Y eso, sumado a la dificultad que suponía poder derrotar a la Real Sociedad, hizo que muchos aficionados fuesen igual de preparados para la euforia que para el drama.
No se merecía la afición un nuevo descenso ni un nuevo golpe. Tampoco lo merecía Valerón. El ‘Flaco’ abandonó el césped de Riazor con una multitud de aplausos estremecedora. Dice la canción que ‘las lágrimas de amor son secas’, quizás por ello la hinchada se mantuvo serena en la grada y despidió a sus futbolistas entre aplausos, aunque el dolor fuese más doloroso y la tristeza más triste que nunca. Y lo hizo pese a una temporada para olvidar: 35 puntos, tres entrenadores en el banquillo blanquiazul y entrada en proceso concursal. Los deportivistas estamos acostumbrados a ver estos gestos, pero en cualquier caso, hay que ensalzarlo una vez más ya que no en todos los lugares se reacciona así.
El ‘penalti de Djukic’ cicatrizó un poco con la Liga del 2000. El descenso del 2011 casi pasó al olvido tras conquistar en el 2012 la Segunda División y regresar a Primera. Este descenso abre de nuevo esa herida, y la sangre desbordada aumenta ante la incertidumbre económica del club y el adiós al eterno ’21′. Sin embargo, nadie duda que el estadio deportivista estará hasta la bandera en la primera jornada del próximo campeonato. Nadie lo entenderá, especialmente aquellos ‘seguidores’ de caballos ganadores. Pero nos da igual: no somos del Deportivo para buscar la gloria. Nuestra gloria es ser del Deportivo.
Estemos donde estemos, nuestros colores no cambiarán. Estemos donde estemos, seguiremos fieles a nuestro escudo. Estemos donde estemos, nunca podrán robarnos la ilusión. Y es que como explicó Fernando Vázquez en sala de prensa, “estemos donde estemos, siempre seremos grandes“.