El Real Madrid Castilla visita A Coruña este domingo en uno de los grandes partidos del año. Porque se cruzan dos de los firmes candidatos al ascenso en un momento en el que ambos tienen el liderato muy cerca. Y lo hacen en el mejor momento del curso para un Deportivo que estará apoyado por una afición que, más allá de engrosar la base de datos del club para elevar la cifra más allá de los 25.000 socios, se ha movilizado hasta colgar el cartel de «No hay billetes».
Y es que pese a la mala racha actual del conjunto merengue -lleva dos victorias en los últimos ocho encuentros y ha ‘regalado’ 10 puntos que ya tenía ganados en este 2023-, el Castilla era líder hace dos jornadas. Logró alcanzar esa posición por la que todavía lucha a base de talento, sí. Pero también a base de regularidad. Ambos elementos le convierten en un equipazo. Y estas tres razones argumentan la meritocracia de ese calificativo.
La regularidad del Castilla
18 partidos sin perder. Fue la increíble dinámica que alcanzó el Real Madrid Castilla entre su segunda derrota del curso, el 2 de octubre en Alcorcón (4-1), y la de San Fernando (3-2), el 25 de febrero. Más de cuatro meses sumando partido sí, partido también.
Por ponerlo en perspectiva, tres equipos que en algunos momentos de este curso parecieron absolutamente imbatibles como Alcorcón, Racing de Ferrol y Córdoba se quedaron en 9 partidos seguidos sin perder. Mientras, el Dépor acumula 7 en estos momentos. Los mismos que llegó a registrar el Celta B. Todos muy lejos de los 18 del Castilla, que componen prácticamente una vuelta entera sin conocer la derrota.
Es algo tremendamente inusual. Sobre todo si hablamos de un filial. Y más si es ‘puro’, sin jugadores mayores de 23 años para elevar su competitividad. Porque el Real Madrid Castilla es el conjunto más joven del Grupo 1, con una media de edad de 19,8 años contando todos los futbolistas que han entrado al menos una vez en convocatoria.
El potencial goleador
Parte de esa capacidad para sumar de manera constante la tiene su potencial goleador. Porque el Real Madrid Castilla ha marcado en 24 de los 26 partidos que ha jugado hasta la fecha. Tan solo el Talavera y el Racing de Ferrol fueron capaces de secar al equipo de Raúl González. Y ambos encuentros fueron en Valdebebas.
En sus 12 salidas, el conjunto merengue ha encontrado portería siempre. En muchas ocasiones, dos tantos. Pero ‘solo’ en una (el 1-5 al Sanse), más de dos. De hecho, en Ferrol y Alcorcón, sus salidas más complicadas hasta la fecha, cayó aunque marcando: perdió 2-1 en A Malata y 4-1 en Santo Domingo.
Así, el filial ha materializado 41 dianas, lo que equivale a un promedio de 1,57 tantos por partido. Pero no ha alcanzado esta cifra -solo- por pegada, sino porque es el equipo del Grupo 1 que más genera en materia ofensiva. Porque por cada 90 minutos genera 1,52 goles esperados (xG). Y además, chuta 12,7 veces. Es decir, es el que más produce en cuanto a volumen y también en cuanto a la claridad de sus ocasiones.
Esas buenas cifras ofensivas llegan porque el cuadro merengue le da sentido a su fase ofensiva y a sus contragolpes. El equipo de Raúl González es uno de los que más balón tiene. Acumula pases y suele rechazar el juego en largo. Pero, sobre todo, tiene las herramientas para verticalizar sus ofensivas en último tercio.
Iniciando siempre con tres centrales, prioriza construir por el carril central, donde suele juntar al pivote, a dos interiores muy móviles y a Sergio Arribas, que ejerce de segundo punta. Por fuera, los carrileros esperan abiertos para ser quienes doten de profundidad y amplitud el juego ofensivo del equipo, aunque más para hacer bascular al rival que para producir situaciones de centro-remate.
Así, el Castilla es un equipo con una gran capacidad para correr, pero también para asociarse en espacios reducidos y acelerar las acciones de ataque. Ese es su haber. En su debe, el aspecto defensivo. Quiere presionar arriba, pero se parte bastante. Y eso le hace conceder bastantes remates (9,5). Así, encaja más de un gol por partido (1,04) y es el menos ganador de duelos (57,5%).
Talento hasta en la uña del meñique
Esa gran regularidad que logró el equipo de Raúl en buena parte gracias a su poderío ofensivo llega por el poder del bloque. Pero al bloque lo potencian unas individualidades extraordinarias para la categoría. Más allá de un Álvaro Rodríguez que ha vuelto a tener minutos este sábado con el primer equipo y por lo tanto apunta a estar ausente en Riazor-, el Castilla cuenta con un once tipo conformado por otros tres jugadores todavía en edad juvenil: Vinicius Tobías, Edgar Pujol y Rafa Obrador. Todos ellos son defensas, aunque Tobías y Obrador ejercen como carrileros y tienen una alta influencia en el juego ofensivo por su capacidad para desequilibrar individualmente en banda.
Otro juvenil que cada vez adquiere más peso es Nico Paz. Pero el centrocampista español con ascendencia argentina, que ya ha sido citado por Scaloni para una concentración con la Albiceleste, está inmerso en la final de la Copa del Rey Juvenil y no estará en Riazor, salvo sorpresa mayúscula.

El resto de futbolistas importantes no son juveniles, pero sí muy jóvenes y con talento hasta en la uña del meñique. Tanto es así que Óscar Cano espera que el Castilla sea capaz de arrebatarle en muchos tramos el esférico al Deportivo. El meta Lucas Cañizares -hijo de Santi-, los centrales Marvel y Rafa Marín, el citado Tobías, el pivote Mario Martín, el capitán Carlos Dotor -lesionado los últimos partidos-, un Peter Federico que ha pasado de ser carrilero a jugar por dentro y Sergio Arribas, máximo goleador del Grupo 1 de Primera Federación, han entrado en convocatorias de Ancelotti. Alguno, además, ya sabe lo que es jugar con el primer equipo.
A ellos se les unen el exdeportivista Noel López, la gran promesa nacional en el puesto de ‘9’ Iker Bravo, Theo Zidane, un Óscar Aranda con una pinta bárbara que parece haberse quedado o el jovencísimo Álvaro Leiva, una de las sensaciones de la categoría el pasado curso. Ellos son otras de las muchas opciones para Raúl. Porque el técnico madrileño tiene a su disposición una plantilla llena de alternativas que hacen del Real Madrid Castilla un equipazo.