Fernando Vázquez ha sido fiel a su idea desde el inicio de temporada. Tanto en esquema como en piezas, es evidente que el de Castrofeito no ha alterado demasiado la propuesta original. Únicamente las lesiones han conseguido que viésemos nuevas caras sobre el plan inicial. En casos como el de Valín o el de Uche Agbo, para fortuna del equipo, ya que su rendimiento está siendo el adecuado.
En el caso de este último, su gran oportunidad llega ante el Coruxo. Falto de centrales para iniciar el encuentro por la lesión de Derik y las molestias de Borja Granero, Fernando Vázquez se ve obligado a situar a Álex Bergantiños en la zaga. De este modo, Uche formaría junto a Borges el doble pivote del día de hoy.
Uche mejoró la base del Dépor
Desde ese 4-2-3-1 -que muta a 4-1-4-1 en defensa- Uche Agbo fue uno de los nombres más destacados del encuentro, si no el que más. Su presencia en el mediocampo sirvió, entre otras cosas, para que el Dépor no repitiese errores en la salida de balón. Aunque a nivel colectivo faltaron luces en la faceta ofensiva, dentro de sus funciones vimos a un Uche más que fiable.
La primera gran tarea que se le encomendó a Uche fue la salida de balón. Ya fuese en fase ofensiva, con el equipo desplegado, o en los reinicios en corto que salían de la puerta defendida por Carlos Abad. En los pocos ejercicios de presión a salida de balón que ejerció el Coruxo de Michel Alonso sobre los locales, el pivote nigeriano lograba girar al equipo. Detectaba bien las zonas de apoyo y sabía combinar y romper líneas en conducción para contrarrestar esas situaciones.
En fase ofensiva, con el Deportivo ya desplegado, era el encargado de pedir el balón al pie e incrustarse entre centrales para hacer la salida lavolpiana. Lejos de ser estático, caía al apoyo en diferentes zonas, para acomodarse a la base del juego y poder asociarse con sus compañeros. Además de ello, liberó a Borges -moviéndose con más comodidad que en otros encuentros- y permitió a los locales poder controlar la posesión en varios intervalos largos del encuentro.
El Coruxo no incomodó demasiado a la base del Deportivo con vigilancias, pero eso no resta mérito a la gestión de la pelota que hizo el nigeriano. Seleccionaba bien sus pases de seguridad y pases verticales en consonancia con los tiempos y el contexto. El ataque no moría en el origen, lo hacía en otra altura del campo. Fue la ausencia de ideas y ritmo en zonas próximas al área la que echó por tierra muchas de las posesiones de los coruñeses.
Sumando al juego sin balón
Si dejamos el ataque a un lado, la defensa no fue tan brillante como en otras ocasiones. Uche en esa fase, como pieza al cierre en el 4-1-4-1, no gozó de tanto protagonismo. Tuvo un rendimiento estable, recuperando ciertos balones y asegurando algunos duelos. Al igual que cuando se mutó al 4-4-2. Mantuvo un cierto orden, pero no fue un elemento especialmente tenaz.
Más reseñable fue su papel a la hora de asegurar segundos balones y recuperar la posesión en campo rival. Posicionalmente estaba atento para poder evitar contraataques del rival y devolver la pelota a su equipo. Su desempeño, junto al de Borges, tuvo sus puntos lúcidos, en los que el Dépor consiguió asentarse cerca del área rival.
Pese a que la presión deportivista no fue tan equilibrada como en otros encuentros, el Coruxo sufrió para salir de su área en momentos diferenciales del partido. Una situación que fue incentivada por las capacidades físicas y tácticas de Uche. Ha de vigilar sus espaldas, eso sí, pues los locales se vieron algo expuestos ante los contraataques que gozó el equipo vigués.
Otro brote en un jardín por florecer
Tras este papel individual, Fernando Vázquez seguramente tope con un dilema a lo largo de la semana. Contando con la mejoría física de Borja Granero, el técnico deberá decidir los respectivos roles de Uche y Bergantiños. El capitán, que se había visto obligado a operar como central, se encontrará a partir de ahora con competencia en la zaga y en su posición natural.
Al regreso de Granero se suma esta actuación de Uche, que ha sido una magnífica noticia para el Deportivo en su último encuentro. Vázquez, presumiblemente, deberá dejar a uno de los dos en la banca si desea mantener ese 4-2-3-1 con Borges como acompañante. Aunque al nigeriano seguramente le falte algo de rodaje, viene de reivindicarse en una cita en la que el Deportivo ha vuelto a dejar sus dudas. Veremos si son suficientes razones para el técnico como para que Uche vuelva a coger el timón del equipo.