El Majadahonda es un Rayo que vuelve a brillar al mandato de Alfredo Santaelena. La llegada del técnico madrileño al conjunto majariego ha reactivado a un equipo que cogió como colista. Empató justo ante el Deportivo en el que fue el último partido de Borja Jiménez. Y ha sumado 21 puntos en 13 partidos, una dinámica más que positiva teniendo en cuenta las circunstancias.
El Rayo Majadahonda ha completado su transformación hacia un equipo combinativo. Con Diego Nogales, la escuadra rayista comenzó siendo un bloque muy tendiente al juego directo, con poca capacidad para producir situaciones ofensivas propicias y demasiado frágil sin balón. Ahora todo eso ha cambiado. Porque Santaelena ha logrado convertir al Rayo en un equipo quiere presionar de manera agresiva y sacar el balón jugado desde atrás.
Con este nuevo estilo de juego, el Rayo es ahora un equipo mucho más competitivo. Todavía no le da para jugar de tú ante rivales de la zona alta, pero sí ha ido sacando puntos para salir de los puestos de descenso y convertirse en el octavo mejor visitante del Grupo 1. Solo suma un punto menos que el Dépor a domicilio y desde noviembre, únicamente Celta B (3-1), Alcorcón (1-2) y Castilla (1-2) han sido capaces de doblegarle.
La efectividad está siendo el factor determinante para permitir que el conjunto madrileño salga a flote. Porque a los 4 goles del central Jorge Casado -que llegó al primer partido contra el Dépor como el máximo realizador del equipo- se le ha unido el acierto del extremo Iñigo Alayeto, el punta David Rodríguez o un Néstor Albiach que jugando como falso extremo derecho se ha convertido en el futbolista más desequilibrante del cuadro majariego. El valenciano acumula ya 8 dianas.
Un 4-3-3 con profundidad por un lado
De este modo, Santaelena ya ha asentado las bases de un once que se sustenta en el exdeportivista Lucho García en portería. Por delante del colombiano, el lateral Dani Pinillos se ha consolidado en el eje de la zaga junto al poderoso Ofoli. Por la derecha, el correoso Aldalur cierra. Por la izquierda, el potente Alhassane mira más hacia delante que hacia atrás. Esa pieza es la más débil de una defensa que suele tirar la línea muy arriba para acompañar al resto del bloque.
En el centro del campo, Mario García es indiscutible. Junto a él, alternan De Iriondo o Sergio Llamas. En los últimos choques, Josu Ozkoidi cayendo hacia el sector izquierdo desde el centro del campo. Por la derecha, el citado Albiach suma desequilibrio con sus apariciones desde segunda línea y su gran golpeo con la izquierda. Por el costado zurdo es Nando García el extremo más afianzado. El canterano del Valencia otorga ese rol de extremo puro y permite dotar a ese carril de la profundidad que el Rayo no tiene en la derecha.
Fichajes de nivel
En la punta de ataque, el polémico Roman Zozulya empieza a afianzarse. El ucraniano llegó al Rayo hace ya varias semanas, pero no debutó hasta el pasado 8 de enero. Por el momento no ha podido encontrar el gol, pero suma capacidad para quedarse balones en el caso de querer jugar más en largo y ganar disputas aéreas.
También ha debutado ya otro jugador de nivel como Javi Ros, que llega del Badajoz para sumar una pieza más al centro del campo. Mientras, en los últimos días, el club ha incorporado al lateral derecho Iván Rodríguez y al central Pelayo Suárez procedente del Sabadell. El joven gijonés, que el pasado curso se midió al Dépor con la SD Logroñés, es uno de los mejores zagueros en salida de balón de la categoría.
De este modo, con cuatro incorporaciones y una dinámica de resultados relativamente positiva, el Majadahonda llega a Riazor como un Rayo que vuelve a brillar y se postula como un rival relativamente alegre, con ganas de querer el balón y peligroso cuando llega al área.