Lo vivido el pasado lunes en Riazor en el partido entre el Deportivo y la Real Sociedad, además de una gran dosis de moral para la plantilla y el cuerpo técnico formará ya parte de la historia blanquiazul, ya que el resultado final conseguido (5-1) llevaba doce temporadas sin asomarse por el estadio herculino en competición liguera.
Aquella campaña, la 2003-2004, fue sin duda la que puso el broche final a la etapa más dorada de la entidad coruñesa. Fue por aquel entonces cuando los deportivistas estuvieron a un paso de tocar el cielo en la Champions League, pero el Oporto de Mourinho apeó a los blanquiazules en las semifinales de la competición. Además de esa gran gesta, en Balaídos los hombres de Javier Irureta consiguieron una victoria de escándalo por 0-5 ante el Celta con un hattrick de Víctor Sánchez del Amo incluído.
Y con la escuadra como local, la grada pudo disfrutar de una gran goleada como la del último encuentro ante los donostiarras. El rival aquel día fue el Atlético de Madrid, que nada pudo hacer para frenar los goles de Fran, de Aguilera en propia meta, de Sergio, Pandiani y Scaloni. Era aquel un Deportivo que se podía permitir el lujo de tener en su banquillo a hombres como Joan Capdevila, Pedro Munitis o el genio de La Algaba Diego Tristán.
Queda claro por tanto que sin tirar las campanas al vuelo –debido a la posición en la tabla que ocupa actualmente el conjunto gallego- lo cierto es que el marcador final que quedó reflejado el pasado 5 de diciembre es de un enorme mérito y más propio de otras etapas del Deportivo. Ojalá vuelva a repetirse pronto.