El Deportivo ha sumado tres puntos importantísimos ante el Pontevedra. Cuando todavía quedan seis en juego, las matemáticas dicen que colarse entre los tres primeros es posible (aunque rocambolesco). En la parte negativa, la grave lesión de Derik Osede.
Lucho García (7,4): Salvó al equipo con una parada espectacular en el tramo final del partido. Antes de eso, se notaron los nervios en alguna salida de puños. Los centros laterales del Pontevedra le pusieron en apuros.
Eneko Bóveda (5,4): La idea de Rubén de la Barrera era evitar que el Pontevedra profundizase por las bandas y para ello apostó por el vasco en el lateral. Acertado en defensa, se incorporó en alguna ocasión al ataque pero sin acierto en los centros.
Derik Osede (5,4): Estaba realizando un buen partido en defensa hasta que su grave lesión puso punto y final a su partido. Como explicó Rubén, muy atento en todo momento para modificar la línea defensiva del Deportivo.
Granero (6,6): Más contundente con el balón que en otros partidos, no se complicó en ningún momento. Con el paso del partido se fue asentando y acabó ganándole la partida a un Rufo que terminó desesperado. Aguantó bien con una amarilla.
Héctor Hernández (6,4): Le puso un centro medido a Borja Galán en los primeros minutos de partido, que todavía se pregunta como no fue gol. Atento en defensa, sufrió cuando el Pontevedra cargó por su banda todos los ataques. Se impuso gracias a su pundonor y en más de una ocasión su velocidad fue imprescindible para cortar acciones peligrosas del Pontevedra.
Álex Bergantiños (7,0): Asumió los galones que le dio Rubén de la Barrera y no defraudó. Se incrustó en medio de la defensa, impidiendo el paso de todo aquel que buscó los dominios de Lucho. No se prodigó apenas en ataque, estando muy atento a los movimientos de Charles y Rufo.
Villares (6,8): Gran partido en la medular. Muy atento tanto en ataque como en defensa, distribuyendo el juego con mucho criterio y metiendo el cuerpo cuando fue necesario. De los mejores descubrimientos de la temporada.
Keko Gontán (7,6): Los tres puntos del Deportivo son gracias a su gol desde fuera del área. Aportó criterio por la banda derecha y pausa cuando fue necesario. Además, el equipo gana muchos enteros cuando es él quien se encarga del balón parado.
Raí (5,0): Rubén decidió cambiarlo de posición. Estuvo colocado a la par de Villares, en el centro del campo, trabajando de forma incansable para evitar que el Pontevedra pudiese circular con el balón. En ataque tomó alguna decisión que no fue del todo acertada.
Borja Galán (5,4): Tuvo una de las ocasiones del partido, tras el gran centro de Héctor Hernández. Por lo demás, trabajó en labores defensivas pero apenas tuvo ocasiones en el ataque.
Miku (5,8): Rubén buscó un jugador para fijar a los defensas del Pontevedra y que fuese una referencia arriba. Aportó ese juego de espaldas, necesario, pero demostró que todavía no está a tope físicamente.
SUPLENTES
Mujaid (5,5): Entró tras la lesión de Derik Osede. No notó el hecho de salir desde el banquillo y aportó la seguridad necesaria en los minutos finales de partido.
Rayco (6,0): Hoy le tocó salir desde el banquillo y arañó esas faltas tan necesarias en los últimos minutos.
Lara (6,0): Salió en la recta final del partido. Aunque apenas entró en juego, tuvo una gran ocasión de ampliar la ventaja del Deportivo.
Claudio Beauvue (s.c.): Apenas tuvo incidencia en el juego, salvo intentar peinar algún balón por alto cuando el equipo estaba cerrado atrás.
Uche Agbo (s.c): Saltó en los minutos finales para cerrar el partido.
EL ENTRENADOR
Rubén de la Barrera (6,6): En esta ocasión, el técnico coruñés le ganó la partida a un Luisito que no supo reaccionar. Decidió apostar por varios cambios en su once, colocando a Álex por delante de la defensa y a Raí con Villares en el medio. El técnico del Pontevedra no consiguió inquietar al Dépor en ningún momento, pese a que cambió en varias ocasiones su dibujo.
** Las notas se calculan en base a la media de las puntuaciones de toda la redacción de riazor.org. Las valoraciones de los futbolistas son desde el punto de vista personal de uno de los colaboradores.