Víctor Fernández (Zaragoza, 1960) volverá a pisar mañana el Estadio de Riazor por primera vez desde hace cuatro años. Lo hará como técnico del Zaragoza, buscando asentar a su equipo en los puestos superiores de la Segunda División, al mismo tiempo que, con dolor y tristeza, hunde más al Deportivo. En la temporada 14-15 dirigió al Deportivo hasta la jornada 30, y diagnosticó un ambiente de «destrucción» que jamás había visto.
El difícil comienzo de Víctor Fernández
La llegada de Víctor Fernández al Deportivo fue convulsa. Lo hizo tras la destitución en verano de Fernando Vázquez, justamente el entrenador que había conseguido el ascenso en la temporada anterior, elegido por Augusto César Lendoiro.
Esa misma pretemporada, Tino Fernández decidió prescindir de los servicios del técnico de Castrofeito a poco de comenzar la rutina de entrenamientos. El elegido fue un Víctor Fernández que en su presentación reconocía lo difícil que era reemplazar a Fernando Vázquez: «Lucharé por ganarme una porción del corazón deportivista. Puedo prometer esfuerzo, dedicación, profesionalidad… Pero a todo ello hay que añadir acierto en las decisiones”.
Además de todo, estaba el pasado celeste de Víctor Fernández. Dirigió a los vigueses entre 1998 y 2002, en los cuales ganó la Copa Intertoto de la UEFA. En esa época se enfrentó en ocho ocasiones a los coruñeses, perdiendo en cuatro, ganando en dos y empatando en otras dos. Su último encuentro Deportivo vs Celta fue el 5 de febrero de 2002 en Balaídos. Entonces, el Dépor venció 0-2 con goles de Diego Tristán.
Un final abrupto
Curiosamente, ya por el mes de diciembre, Víctor Fernández haría unas declaraciones que a día de hoy todavía tienen eco. Tras caer contra el Málaga en Riazor por 0-1, y con la afición pidiendo la dimisión de Tino Fernández, apuntó que»soy un empleado del club y lo de esta noche es algo muy triste. Primero por la derrota de mi equipo que mis jugadores no han merecido, y, después, porque hubo un ambiente de destrucción como nunca he visto en ningún club, que no se dónde nos va a llevar, pero a nada positivo».
Así fue como meses después la situación no había mejorado. Sí es cierto que el objetivo de la permanencia se estaba cumpliendo a duras penas a falta de 8 jornadas para el fin del campeonato. El Dépor se encontraba entonces en la posición 17 de la tabla de clasificación (con 6 victorias en 30 partidos), tres puntos por encima del descenso. Pero no con la tranquilidad que deseaban el club ni tampoco los aficionados.
Los malos resultados cosechados por el Dépor bajo su mando provocaron que, el 8 de abril de 2015, en medio de una racha de ocho encuentros sin conocer el triunfo, Víctor Fernández fuera cesado. El técnico zaragocista abandonó el club asegurando que había visto a jugadores muy afectados por esta decisión en el vestuario, aunque mandando un mensaje a todos los deportivistas: “Lo he intentado, le deseo lo mejor al Dépor”.
El Deportivo finalmente se salvó del descenso con Víctor Sánchez del Amo como técnico. Fue un final de temporada no apto para cardíacos pues la salvación llegó en la última jornada. El Deportivo consiguió empatar al Barcelona 2-2 después de ir perdiendo 2-0 al descanso.
Víctor Fernández vuelve a un campo en el que diagnosticó una autodestrucción que a día de hoy todavía es más evidente. Su objetivo es totalmente distinto, ahora busca regresar con el Zaragoza a Primera División mientras que Deportivo aspira a una salvación que se antoja cada día más complicada.