Tal día como hoy, 4 de mayo, pero de hace ya 13 años, José Francisco Molina rozó con sus dedos un penalti lanzado por Derlei y el Deportivo se quedó así de cerca de estar en una final de Champions League. En una semifinal muy igualada y que se acabaría definiendo por detalles, las polémicas decisiones arbitrales de la ida lastraron a un equipo que no fue capaz de aprovechar en Riazor el 0-0 que había logrado en Oporto.
En el Dragão, los herculinos habían sufrido la expulsión de Jorge Andrade -entonces uno de los mejores centrales de Europa- por una caricia a Deco -excompañero y amigo- malentendida por el colegiado; y una amarilla a Mauro Silva que lo dejó sin participar en el partido de vuelta. Es decir, Jabo Irureta no pudo contar con dos de sus hombres clave para uno de los partidos más importantes de la historia del Deportivo.
Aún así, el Dépor fue capaz de competir de tú a tú ante el rocoso equipo de José Mourinho, que se dedicó principalmente a defender esperando aprovechar alguna acción a la contra. Y eso fue lo que pasó durante una hora de juego, hasta que Deco -estrella visitante antes pretendida por el Dépor- buscó la cintura de César e hizo picar al central asturiano para que le cometiera penalti.
Con 0-1, tocó Irureta zafarrancho de combate y mandó a su equipo arriba en busca de dos goles pero la segunda amarilla a Naybet complicó la ofensiva y Mourinho cerró caminos introduciendo un central más -Pedro Emanuel-.
Curiosamente hoy, trece años después, el técnico portugués se vuelve a cruzar en el camino de un equipo gallego en una semifinal europea y visitará esta noche Balaídos con el Manchester United para tratar de amargar al Celta como entonces hizo al Deportivo.