1. Dio la impresión de que Víctor Sánchez del Amo no ajustó el once en medida al rival en este partido contra el Athletic Club de Bilbao. Y eso es novedad porque debió ser el primero en el que no se amoldó a las virtudes y defectos de su contrincante. Se había comentado en la previa de diferentes opciones para poder contrarrestar el juego aéreo del conjunto vasco, tanto en las jugadas de estrategia como en el juego más directo. En Riazor.org hablamos de la posibilidad de que entrase Alberto Lopo, un central que se mueve bien en el cuerpo a cuerpo y que ya lidió esta temporada con Jonathas y con Felipe Caicedo, e incluso de la titularidad de Oriol Riera para aportar centímetros en las acciones a balón parado. Ni uno ni otro de inicio. Quizá la idea del técnico madrileño fuese jugar con bajitos para obligar a los de Valverde a rasear el balón, pero ese plan no salió bien desde el principio y el Dépor sufrió.
2. Se vio un Dépor desconcertado en la primera parte y superado por el poderío físico de los jugadores rojiblancos. Ya no eran solo las torres Aduriz, Raúl García, San José y Laporte, también entraba por la banda de Navarro un atleta como Iñaki Williams. En los cinco primeros minutos, el Athletic colgó al menos tres balones al área de Germán Lux en jugadas de estrategia (Beñat además tiene un guante), robó varias veces arriba con una presión intensa (lo que hacía que el balón estuviese más por el aire que por el césped) y las dudas se acrecentaron. El juego se empañó, los herculinos no conseguían hacer un fútbol fluido y a los delanteros apenas le llegaban balones en condiciones. Se vio, seguramente, al peor Dépor en ataque de toda la temporada en los primeros 30 minutos de este choque.
3. Con el gol de Williams, el Athletic se echó atrás, bien porque así lo decidió su entrenador o bien porque se le acabó el fuelle para presionar arriba de una forma tan intensa como lo habían practicado en la primera media hora. Fue entonces cuando vimos la reacción del Deportivo y un muy buen cuarto de hora de juego de los de Víctor Sánchez. El Dépor encajonó a los leones en la portería de Iraizoz tocando con paciencia y solo la suerte impidió que no subiesen las tablas al marcador: Luis Alberto estrelló el balón en los palos en dos ocasiones.
4. Tras el descanso, siguió siendo el Deportivo el dueño y señor del balón con un Athletic más replegado, esperando sus opciones al contragolpe. El 0-2 es una jugada aislada que termina con una actuación individual soberbia por parte de Aduriz. Su cuerpeo con Sidnei tras recibir el pase de Raúl García es de un nivel altísimo, igual que el toque sutil por encima de Lux para colocar la pelota en la red. En el gol está flojo Borges al dejarse robar la cartera por Susaeta en el centro del campo como vemos a continuación.
GOL DEL #AthleticDeBilbao, GOL DE Artiz Aduriz, 0-2. #LaLiga #LigaBBVA pic.twitter.com/XQD1QC9m7y
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5. El propio Celso Borges fue uno de los movimientos que hizo Víctor Sánchez desde el banquillo para revolucionar el partido. El costarricense y Oriol Riera no lograron modificar de forma notable la dinámica del equipo, pero el que le dio un vuelco al juego fue Fede Cartabia. El argentino salió con 0-2 a falta de 20 minutos y alteró el encuentro de una manera abismal. Se movió por la banda derecha, agitó a un hasta el momento cómodo Balenziaga, la pidió siempre y fue el asistente de Arribas en el 89′. El de Rosario pide más minutos. La grada también.
6. Si el agitador fue Fede Cartabia, el que dinamitó el choque volvió a ser Lucas Pérez. El de Monelos sigue con su buena racha de cara a puerta y van cinco en ocho jornadas. Aunque los centrales le habían hecho la vida imposible y no estaba siendo su mejor partido, el coruñés demostró que hay que atarlo en corto en todo momento porque es capaz de hacer cosas que están al alcance de muy pocos. Volvió a demostrar que tiene estrella porque ese disparo y en ese momento solo lo meten unos pocos. Lucas hizo esto con 0-2.
Deportivistas, no lo busquéis más por el TL pic.twitter.com/xxZqmkzkbz
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7. Cada vez hay menos división de opiniones en torno a Juan Domínguez. Las hay en cuanto a la figura (algo que no es bonito para un canterano) y se demostró cuando se hizo el cambio, con mezcla de aplausos para acallar los pitos. Pero ya no hay división de opiniones en torno al Juan Domínguez futbolista. Prácticamente la mayoría de deportivistas piensa que este no es su momento y que ahora no está en el nivel del resto de sus compañeros de posición. Estuvo gris en el Benito Villamarín y apenas tocó balón en una hora contra el Athletic Club. Se le ve sin confianza en sí mismo para asumir responsabilidades en la creación cuando debe ser el faro del equipo. Nueve pases y dos recuperaciones en una hora de partido es un bagaje muy pobre para un centrocampista creativo. Veremos qué sucede con él porque aunque Víctor le aplaudió en el cambio queda la sensación de oportunidad desperdiciada.
8. Seguramente no le haya venido bien a Juan Domínguez tener a su lado a Pedro Mosquera porque a veces las comparaciones son odiosas. Su partido fue sensacional: se multiplicó en defensa y asumió galones para crear juego desde atrás o pasando el centro del campo. En la segunda parte se pintó la cara y fue a la guerra porque la ocasión lo requería. Con Borges más descolgado, se quedó en muchas ocasiones solo en el centro. Eso no importó ya que recuperó infinidad de balones y ayudó a que la salida desde atrás fuese aseada. Es un futbolista completísimo.