2022 se acerca a su fin y toca repasar cómo ha sido el año en clave blanquiazul. El Deportivo de Borja Jiménez, que había cerrado 2021 a velocidad de crucero, volvió tras el parón navideño el 9 de enero. Los hizo recibiendo en Riazor al Talavera de la Reina, en un encuentro que los gallegos se llevaron por 1-0 gracias a un solitario gol de Miku. Era la séptima victoria del equipo en sus últimos nueve partidos de liga y los herculinos parecían más que asentados en el liderato.
La sensación de todo iba viento en popa se vio reforzada en la siguiente jornada, con la visita del Dépor al DUX. Aunque los coruñeses se habían adelantado con un gol de Noel, el hoy «desinscrito» cuadro madrileño le dio la vuelta al marcador con dos goles psicológicos, justo antes y después del paso por vestuarios. En el 56′, Granero hacía el empate y, cuando todo indicaba que el duelo terminaría así, William de Camargo se inventaba un golazo para un nuevo triunfo deportivista. Solo tres días después, también sobre la bocina, era Quiles el que resolvía una nueva salida, esta vez al campo del Zamora. Así, el equipo afrontaba ‘con la flecha para arriba’ la visita del Racing, segundo clasificado, prevista para el último fin de semana de enero.
Doble frenazo
No llegó a disputarse cuando debía el Deportivo vs Racing de Santander, pues la RFEF decidió aplazarlo por el ‘mini-brote’ (solo dos casos) de COVID en el equipo cántabro. La decisión, además de un frenazo en la competición, supuso también que se frenase la magnífica racha blanquiazul. Pese a llegar con más descanso que su rival, el Dépor comenzó febrero perdiendo su primer partido como local ante el Real Unión. El partido, con todo, no fue malo y el cambio de dinámica podía haber sido solo un espejismo. Pero se confirmó una semana después, con una nueva derrota ante el Logroñés que suponía que, por primera vez desde la llegada de Borja Jiménez, el Deportivo se fuese de vacío en dos partidos consecutivos.
Solo habían pasado unos días, pero la situación había dado un vuelco. Y en este contexto, ahora sí, llegaba la visita del Racing. Íñigo y Soko, los dos jugadores que habían dado positivo, ya estaban disponibles. Y el Racing se llevaba los tres puntos de Riazor con un gol de Íñigo… a pase de Soko. Desde el momento en el que aplazó el encuentro, todo salía según lo había previsto el equipo de Romo. El Racing se hacía con el liderato, primero compartido y luego en solitario. Ya no lo soltaría.
Un Dépor K.O.
Cuatro días después de vivir ante el Racing su tercera derrota consecutiva, el Dépor volvía a Riazor. Con goles de Lapeña y Quiles, los blanquiazules se imponían por 2-1 a un inocente Calahorra, pero lo cierto es que el equipo estaba noqueado. Tras este triunfo, llegaron dos empates sin goles consecutivos (ante Sanse y Racing de Ferrol) y una durísima derrota por 3-0 en Badajoz, en el que sin duda fue el peor partido de la temporada.
Quedaban dos partidos para cerrar el primer trimestre del año y se repitió el guion. Ante la Cultural Leonesa, un doblete de Quiles (el único que trataba de hacer reaccionar al equipo), valía tres puntos. Pero en la siguiente jornada, el Deportivo (y varios aficionados celestes que protagonizaron una ridícula invasión de campo), volvían a morder el polvo. La derrota ante el Celta B, tan dolorosa como el mero hecho de tener que disputar dicho partido, ponía fin al mes de marzo. Quedaban nueve jornadas, el liderato había volado y el equipo debía reaccionar si no quería que peligrasen también sus opciones de meterse en el playoff.