Tras la visita a la Cocina Económica, visitamos Aspronaga (Asociación Pro Personas con Discapacidad Intelectual de Galicia). Una asociación multidisciplinar con más de cincuenta años de vida.
La Asociación Pro Personas con Discapacidad Intelectual de Galicia (Aspronaga) nació en 1962 con la misión de mejorar la calidad de vida de estas personas y sus familias. Cuando ya han pasado más de cincuenta años de su fundación, repasamos con Álvaro Martínez -presidente de la entidad- cómo ha cambiado la sociedad desde su fundación, así como profundizar un poco más en las distintas áreas que abarca la asociación que preside.
Ya han pasado más de 50 años de aquel anuncio en el Ideal Gallego que tuvo como consecuencia la creación de Aspronaga. Nos podrías explicar un poco a qué os dedicáis y cómo.
El anuncio de Aspronaga al que te refieres está en la génesis de la asociación. Fue el primer anuncio que publicó un padre con un hijo con discapacidad intelectual, buscando otros padres para sembrar la semilla de una institución que es ahora Aspronaga. En aquellos momentos, muchos padres tenían a sus hijos en casa y no eran visibles. Hubo que recurrir a una asociación y a un anuncio para empezar con todo esto.
Lo que me sorprende de esto, es que haya sido hace solo cincuenta años. No quiero ni pensar cómo sería esto antes.
Aspronaga tiene una función doble: Reivindicar derechos, luchar por las personas con discapacidad en todos los ámbitos para que se les reconozca con carácter de ciudadanos. Y por otra parte, prestar servicios a estos usuarios y sus familias, que son educación, servicios de atención, laborales incluso, centro de día, residencia, etcétera. Nosotros tenemos ahora unos 370 usuarios que van de todas las edades y que Aspronaga intenta completar desde el nacimiento, hasta la tercera edad todos los aspectos de la vida de una persona con discapacidad.
A nivel histórico, no fue hasta 1959 cuando se descubrió el Síndrome de Down. De hecho un político aconsejó a uno de los fundadores, que esos niños era mejor meterlos en el Castillo de San Antón -antigua cárcel-. ¿Cuánto ha cambiado la sociedad en este tiempo?
Eso del Castillo de San Antón, es una experiencia justamente de Martín Pou. La persona que publicó el anuncio a principios de los 60. En sus conversaciones buscando una solución y fue a hablar con el responsable político por aquel entonces y recibió como respuesta que todos estos niños deberían ser confinados en el Castillo de San Antón. La sociedad ha cambiado mucho y desde entonces, ahora la inclusión en la sociedad es mucho mayor. No hemos llegado al final del camino pero sí que ha mejorado muchísimo.
Realmente, nosotros luchamos día a día para que siempre las personas con discapacidad mejoren. Nos encontramos constantemente con dificultades, pero sí que podemos decir que hoy en día la aceptación por la sociedad como algo normal ver personas con discapacidad haciendo vida diaria, ha mejorado mucho.
Teniendo en cuenta el camino andado, y que ya no existe el rechazo que existía antes de Aspronaga, ¿cómo se podría resumir el trabajo de integración que se realiza en el centro? ¿Qué resultados da ese trabajo de integrar a los discapacitados intelectuales en la sociedad, primero a través de la educación y después del trabajo?
Más que hablar de resultados, la esencia radica en el esfuerzo que se pone. Quizá el resultado para una persona es aprender a leer y para otra encontrar un trabajo en una empresa. El resultado creo que no se puede valorar por los hitos que se consiguen, sino por el esfuerzo que ha puesto cada persona.
Resultados son muchos. No solo los miles de personas que han pasado por Aspronaga, que han conseguido mejorar en sus habilidades intelectuales y sociales, de integración en la vida. Para las familias, que han sabido vivirlo con normalidad una situación que hace muchos años era difícil y que ahora no supone un verdadero problema. Precisamente este año en la cena de las familias, hicimos un homenaje a los usuarios que empezaron hace cincuenta años a abrir el camino para los que han venido detrás. Hace cincuenta años ver a una persona con una discapacidad intelectual en el cine, era muy extraño, no se veía nunca. Estas personas, con muchos sinsabores fueron abriendo un camino para todos los que vinieron detrás. Les han hecho acreedores del homenaje.
A costa de mucho esfuerzo y sacrificio, ellos han sido grandes partícipes de la situación en la que estamos ahora, que es mucho mejor.
¿Pensáis que todavía se trata con condescendencia a las personas con discapacidad intelectual? ¿Cómo se podría normalizar este aspecto?
El proceso es muy largo. Desde luego yo creo que está lejos de llegar al final. Ha mejorado mucho, pero de todas maneras todavía hay gente que no se siente cómoda o que no está acostumbrada, que no sabe cómo reaccionar o apoyar siquiera. Tienen buena intención, pero no saben cómo. Algunos se dirigen a ellos de una forma paternalista y lo que se busca es una integración completa en todos los ámbitos. Ha cambiado mucho que ya no hay injusticias o hay muchas menos, mejor dicho, en el sentido den trato y demás. Pero eso no quiere decir que sean todavía considerados como ciudadanos de pleno derecho. Es la guerra que tenemos ahora. Hay muchísimas pequeñas cosas en las que todavía no tienen reconocidos sus derechos como ciudadanos.
¿Qué se podría hacer a nivel social para una integración total?
Hay muchas maneras, pero destaco el deporte. El deporte es un medio de integración social fabuloso. Procuramos que nuestros usuarios participen deportivamente, no solo yendo a Riazor los domingos. Me refiero al deporte en general, en estadios más bajos (infantiles, juveniles) acostumbrarse o promover que se incorporen a equipos personas con discapacidad en una actividad tan gratificante como es la deportiva, donde se promueven los valores de equipo, de esfuerzo y de satisfacción general. Es una manera fantástica, no solo para el usuario con discapacidad, creo que también para los deportistas que integran en sus equipos a estas personas que quizá de entrada les cueste trabajo, pero a corto plazo se convierte en una enorme satisfacción y motivo de orgullo para ellos.
Tenemos entendido que Aspronaga es una asociación multidisciplinar, ¿qué implica serlo?
Tratamos de cubrir todas las necesidades que tienen, laborales, de ocio… tenemos técnicos de actividades deportivas, de teatro, la residencia es cada vez más importante. De hecho, ahora es la asignatura que tenemos pendiente. La edad media de las personas con discapacidad aumenta afortunadamente, y muchas veces viven más que sus padres siendo una gran preocupación para ellos qué va a ser de sus hijos del día de mañana. Tenemos dos pisos y dos residencias, además del objetivo de tener una residencia para mayores.
Es multidisciplinar porque abarcamos todos los ámbitos que podemos, desde educación, psicológicos, médicos, pedagogos, en todos los ámbitos tenemos gente. En Aspronaga trabajan más de 160 personas.
Teniendo en cuenta todas las áreas que cubrís, ¿cómo se soporta esto económicamente?
Se soporta con dificultades, pero la verdad es que con el apoyo de las distintas Administraciones, especialmente la Xunta de Galicia, familias, de algunas entidades privadas como la Fundación Barrié o Caixa Galicia. La Caixa ha sido un apoyo durante muchos años de Aspronaga, así que con el esfuerzo de todos conseguimos que una asociación tan grande como esta vaya funcionando.
¿Hace la crisis que sea más difícil vuestro día a día?
Nosotros tenemos que decir, que a pesar de la crisis, la Xunta se ha portado bien. Hasta el momento no tenemos queja, sobre todo Aspronaga que es una entidad grande con mucha tradición, al tener instalaciones propias nos mantenemos firmes. Evidentemente los recortes afectan a todos los colectivos, nosotros desde hace muchos años nos hemos apretado el cinturón pero para permitirnos ajustarnos a unos ingresos que por parte de la Administración siguen llegando. Podrían ser mayores, pero también podrían ser inferiores y nos pondrían en un apuro.
¿Se cubre una necesidad con la capacidad de Aspronaga o harían falta más centros como el vuestro?
Sin duda, cuantos más recursos haya para las personas con discapacidad mejor. El problema o la necesidad no está en las grandes ciudades, si no en el ámbito rural que es donde es más difícil prestar este servicio. En Coruña se pueden prestar servicios para un colectivo más grande que en los pequeños pueblos de Galicia, donde hay muchas dificultades de transporte. La tradición social es más cerrada, ahí sí necesitamos más centros. Las entidades más pequeñas con las que más sufren la crisis al no poder aprovechar la economía de escala.
¿Hay más centros como el vuestro en Galicia?
Si un centro normal tiene 60 o 70 usuarios, Aspronaga tiene 370. Es más grande que el resto, pero al ser el primero también es el que más ha crecido. Tan grandes como el nuestro hay pocos, algunos de gran tradición como Lugo o Vigo, con 150 o 200 usuarios, donde se intentan prestar todo tipo de servicios. El resto son más enfocados a colectivos más pequeños.
El tema de ocio, ¿cómo se gestiona?
Tenemos técnicos de ocio especializados para fomentar todo tipo de actividades: deportivas, de visitas, turísticas, piscinas o campamentos de verano. Todo lo tenemos muy profesionalizado, el ocio es el elemento esencial de la integración. Prestamos muchos apoyos, pero el ocio es lo que ofrece más satisfacciones a los usuarios y también la herramienta de integración social más potente.
Y en cuanto al fútbol… ¿la mayoría es del Deportivo?
La mayoría son deportivistas, todos los años recibimos muchas visitas de jugadores y ex jugadores del Deportivo. En la de este verano, estuvieron José Ramón, Valerón que nos ha visitado muchas veces, Aranzubia… De hecho, hay una campaña fotográfica, que fueron fotógrafos usuarios nuestros, era un calendario y uno de los usuarios aparecía marcándole un gol a Aranzubia.
Habéis recibido varias menciones por vuestro trabajo, ¿qué objetivos tenéis a corto y largo plazo para seguir con vuestra proyección?
Hemos recibido además de la medalla de plata de Galicia, por los cincuenta años, medalla de oro al mérito de la ciudad de A Coruña. Algo que nos anima a trabajar con más fuerza. Objetivo, lucha por mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y de sus familias.
Lo seguimos haciendo buscando las herramientas con programas de calidad, con programas modernos, en Aspronaga somos pioneros y tenemos la responsabilidad, debido al ser los más antiguos, a liderar el movimiento en el sentido de extender y hacer partícipes a toda las demás asociaciones de Galicia, con las cuales formamos parte de la misma asociación.
Una persona que quiera ayudar, ¿qué vías tendría para hacerlo?
Hay distintas maneras de ayudar, todas son bienvenidas. Se puede desde participar como voluntario en distintas actividades de ocio, hacerse socio colaborador con una aportación económica mensual, anual… Las empresas pueden participar económicamente, o en programas de integración de personas con discapacidad en sus plantillas. Ahora en cuestión de trabajo es difícil, pero hubo muchos usuarios que se incorporaron a empresas en el pasado a trabajar.
Para los que estén interesados en colaborar, en nuestra página web pueden encontrar información de utilidad.
Artículo recomendado: «Mi tía Chus» por Nacho Carretero.
Imágenes cedidas por Aspronaga.
CALCETIN(E)S. El corto de Aspronaga.
Calcetin(e)s [REDUX] from enimaxes.com on Vimeo.
MÁSCARAS
Uno de los experimentos más singulares y reveladores del cine español en los últimos años. Máscaras es un largometraje de no ficción que relata cómo lo que inicialmente eran dos grupos de personas, sin experiencia y con capacidades diferentes, consiguieron hacer equipo para crear, rodar y estrenar Calcetin(e)s, un corto de amor e intriga.
https://www.riazor.org/aspronaga-mejorando-el-presente-creando-el-futuro/