Borja Jiménez se ha mostrado conforme con la semana de trabajo del Deportivo. Cuatro sesiones en las que ha trabajado, sobre todo, para cubrir las bajas de Lapeña y Víctor García: «No hay ningún problema. tenemos gente igual de capacitada que ellos. Intentaremos acertar, pero problema ninguno». De hecho, el técnico comparte la idea del Valladolid de poner una cláusula del miedo en el contrato del lateral: «A mí me parece bien. Si viene alguien nuestro aquí y te gana el partido… puede que le estés pagando, ¿y encima te hace daño? no tiene sentido. Lo entiendo perfectamente. Son jugadores propiedad de otro club y es superentendible que no quieran que participe. Yo haría lo mismo«.
Avisa el técnico del peligro del Valladolid Promesas: «Es un equipo que viene de jugar contra el segundo y el tercero y ha hecho cinco goles. Ya hemos hablado de cómo son los filiales. Gente con desparpajo, con atrevimiento arriba. Tiene algún problema a nivel defensivo, pero en sus últimos partidos está haciendo goles y habla bien de su caudal ofensivo. Sabemos que nos van a exigir. Vamos a ver un partido abierto. Ellos tienen una buena transición, futbolistas que van hacia adelante y asumen riesgos. A nosotros también nos gusta que haya juego de ataque, seguro que va a ser un encuentro con idas y venidas«.
Lo que no quiso alimentar Borja Jiménez fue la polémica por la designación arbitral de otro colegiado cántabro, Fuente Martín: «Lo conozco perfectamente. Es muy bueno. Lo hará bien. El otro día el comentario fue más porque nos habíamos percatado de ello, pero no dudo de la integridad del colectivo. Este es de los buenos. Y nosotros tenemos que salirnos de eso, porque si no cuando pite en Logroño un gallego… nos sorprendió la semana pasada, pero cuando pasa la primera vez, ya sabemos que puede ser la tónica de todo el año. Tampoco hay que cargarlos de responsabilidad ni que vengan coaccionados. Sería peor».
Borja Jiménez recordó su paso por el Valladolid Promesas
El ahora entrenador del Deportivo recordó su paso por el filial del Valladolid, su primer banquillo en Segunda B: «Está claro que fue un antes y un después. Ya había hecho dos años en Ávila de primer entrenador, pero venía de un año sin entrenar. Recibo una llamada de Cata y Braulio para ir para allá. Vas en unas condiciones en las que apuestas por volver al fútbol, porque yo había salido de España para seguir formándome. Llevaba tres o cuatro meses cuando Cata decide apostar porque dé el salto desde el Cadete. Guardo mucho cariño de mi época en Valladolid».