Aunque desde el club se ha venido insistiendo en las últimas semanas en que el Deportivo no partirá con un cartel de favorito al ascenso la próxima temporada, Bóveda asegura que la entidad no se pierde: «Cada uno mira a las plantillas y algunas suenan mejor que otras, pero luego no acierta nadie en las predicciones. Nadie va a habla del Dépor como un equipo más o un equipo pequeño. Hay un escudo y un estadio que pesan, todo eso hace que la gente mire al equipo como uno de los potentes de la categoría. Eso sí, con eso no ganamos ni un punto. Luego será lo que pase en el campo. Pero la presión, la responsabilidad y el favoritismo hay que saber llevarlo».
El vasco reconoce que en el fútbol no hay tiempo para pararse a pensar y lo sucedido en Mallorca ya está olvidado: «Los tiempos en nuestra profesión parece que son un poco diferentes. Las temporadas van pasando… tenías compañeros con una relación estrecha, acaba el curso hace tres semanas y ya parece que jugaron hace mucho conmigo y no les voy a volver a ver el pelo nunca. Esa es la sensación, que va todo muy rápido y lo que dejas atrás se queda muy atrás«. Por eso no cree que lo corto del descanso influya: «Mentalmente no y espero que en lo físico tampoco. Las vacaciones van bien, pero llega un momento en el que ya te llama y, cuando llegas, el hambre suele ser muy importante».
Espera retomar su rendimiento donde lo dejó: «Sin duda fue mi mejor momento, cuando más se confió en mí, cuando tuve más continuidad y me salieron mejor las cosas. Hasta me dio pena que se acabase y que no hubiese más partidos. Pero a partir de ahí, como todos los años. Autoexigencia y todos partimos de cero. Hay que dar lo mejor de ti para tener un rol lo más importante posible. ¿Central o lateral? Donde más le guste al entrenador. Cuando sientes que al técnico le gusta lo que haces, tú mismo te vas sintiendo mejor«.
Bóveda confía en Anquela
Bóveda también valoró los primeros días de trabajo con Anquela y, sobre todo, la importancia de ir todos a una: «Cada entrenador es diferente al anterior. Otra idea, otro discurso… mi pensamiento particular es que lo más importante es creer en lo que se hace. Si el equipo cree en lo que manda el patrón y se duda poco, vamos a ser un buen equipo. Ese tiene que ser el camino. No estamos para poner toda, estamos para creer en el discurso. El club ha ido en una linea y tenemos que ir a muerte, eso nos hará grandes. Ahora empiezan los partidos e iremos corrigiendo cosas, desarrollando una identidad propia, que para mí es lo más bonito del fútbol. Cuando se ve en qué idioma habla un equipo, qué quiere hacer y lo hace».