El periodista de la Cadena Cope y del diario Marca, Pepe Torrente, debuta como columnista en Riazor.org, y lo hace hablando de los movimientos veraniegos del Dépor.
Se acabó el mercado de fichajes y es hora de hacer balance. Es el momento de mojarse, de dar una opinión sobre la confección de la plantilla. Luego, según avance la temporada, los resultados lo condicionarán todo. Y muchas veces un buen trabajo de despacho no se plasma en el césped y al revés, un equipo que parece más justo hace un excelente campeonato porque rinde por encima de lo esperado.
Para mí, el curro de la dirección de planificación deportiva, secretaría técnica y demás personas que han participado en los fichajes (qué cantidad de cargos hay ahora en el fútbol moderno) ha sido más que notable. Jugadores en propiedad, coruñeses que regresan a casa, futbolistas con experiencia y sin necesidad de adaptación… Las características que se han buscado se han encontrado. Esto es importante. Muchas veces se tiene una idea en el mes de mayo que se tiene que ir cambiando sobre la marcha por falta de dinero o porque las operaciones no se cierran por mil y un motivos.
Gente como Fernando Navarro, Pedro Mosquera, Lucas Pérez o Cani están llamados a ser los líderes de un conjunto que ahora tiene la presión de no defraudar las expectativas que la afición ha puesto sobre él.
Dos de las grandes críticas que se habían hecho en años anteriores al diseño del plantel son la cantidad de cedidos que había y que muchos elementos importantes llegaban al final. Mucho se podría decir de las razones de tantos cedidos, pero aceptando esta crítica, este verano se ha variado totalmente el rumbo. La gran mayoría de los fichajes son en propiedad, con contratos de varios años que dan una mayor sensación de estabilidad. Esto no es casualidad. A mayor capacidad económica, más opciones de hacer este tipo de incorporaciones. Y salvo Jonathan Rodríguez y Jonás, todos estaban para el debut contra la Real Sociedad.
Se trata de un equipo equilibrado, con un mínimo de dos jugadores de garantías por puesto. Habrá mucha competencia para hacerse un hueco en el once inicial. No es sencillo fichar tanto y tan bien, y así como otros años han llovido palos, hoy debe reconocerse el buen hacer de Richard, Ernesto, Fernando Vidal y compañía, que han puesto a disposición de Víctor unos mimbres excelentes para confeccionar un buen cesto. Un cesto que, además de útil, sea bonito, uno de esos de los que te gusta alardear.