Decía un sabio que locura era hacer lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes. Anquela se dio cuenta al séptimo partido, cuando ya le preparaban la camisa de fuerza, para hacer que su Deportivo pareciese un equipo de verdad por primera vez en la temporada. Sin saber muy bien por qué, desde que llegó a A Coruña el técnico adoptó un papel en el que no se le ve cómodo, desnaturalizado, como obligado a proyectar algo que no es. Y el resultado estaba siendo desastroso.
Al borde del abismo, ante el Cádiz decidió quitarse la careta. Paso atrás, dos líneas de cuatro y un equipo replegado que no sufra en cada ataque rival. El prometido Dépor de Anquela. El conjunto coruñés pasó apuros en los primeros minutos, porque desde el banquillo no se pueden ganar las batallas individuales ni seguir las marcas en los saques de esquina. Pero al menos lo hizo como bloque, con ayudas que llegaban a tiempo y esa sensación de que los jugadores pasaban mucho menos frío.
Habrá que ver si este será el plan de aquí en adelante o algo circunstancial, pero de todas formas queda mucho camino por andar. Porque la segunda fase de esta idea debe ser atacar rápido cuando se roba. Ni rápido, ni lento. Ocultos por el agujero negro que supone la defensa, los problemas del equipo deportivista en ataque no están siendo menores en este inicio. Nada que no salga de la zurda de Aketxe tiene sentido, sobre todo a la hora de mover el balón con cierto criterio en campo propio. Localizado uno de los peloteros como es el vasco, falta potenciar al otro, porque Gaku está siendo por ahora el gran ausente.
Es tan difícil adivinar si las victorias le llegarán rápido a este nuevo Dépor como fácil asegurar que el paso atrás tenía que haber llegado antes. Porque nadie debería empezar una casa por el tejado. El conjunto blanquiazul sigue sin ganar, pero empates como el del Carranza no son los que privan de un ascenso. Si además de con el punto, regresan con un camino claro para lo que queda de temporada, la retirada habrá valido la pena. Ya lo dice Dani Giménez: «Quizá no sea el fútbol que le guste a la gente de A Coruña, pero es a lo que tenemos que aferrarnos».