El Dépor visita esta tarde Castalia con el objetivo de ganar o, al menos, empatar para hacer valer la renta de 1-0 cosechada en A Coruña hace justo una semana. Enfrente estará un rival que fue uno de los mejores locales de la categoría durante la temporada regular, pero que perdió su buena dinámica en casa en las últimas semanas de la competición regular. Analizamos tres claves tácticas en la previa del Castellón vs Deportivo fundamentales para que el cuadro de Rubén de la Barrera logre el pase a la final de ascenso ante el Alcorcón.
La presión alta
A lo largo de la temporada, el Deportivo ha apostado casi siempre por defender en un bloque medio-alto, aunque con matices diferentes en cuanto a disposición y acosos. Desde su llegada, Rubén de la Barrera ha mantenido esa tendencia a ir arriba a apretar al rival. Contra el Algeciras, a partir de una estructura 4-3-1-2 que concedía los carriles exteriores al rival. Frente al Castellón en la ida, con un 4-2-3-1 muy agresivo en el que los futbolistas se ubicaban en zona y, a partir del primer ‘salto’ de un compañero, el resto del bloque identificaba a los posibles receptores y establecía marcas individuales.
Ese press tan agresivo, que buscaba orientar al Castellón hacia fuera para ahogarle y negarle pases hacia delante, fue efectivo en la ida. Porque permitió al Deportivo dominar la primera parte y condujo al 1-0, ya en una segunda mitad en la que el equipo decayó en lo físico, en gran parte como fruto de ese esfuerzo inicial.
En Castalia, es de esperar que el equipo coruñés no se contente con descender varios metros y esperar. Básicamente porque perdería la oportunidad de robar alto y porque tampoco es un equipo súper preparado para contraatacar estando muy hundido. Todo apunta a que el Dépor buscará seguir defendiendo en bloque alto.
Una opción es ‘repetir’ comportamientos similares a los de Riazor y evitar que el Castellón, un equipo muy combinativo y paciente, se sienta cómodo repitiendo pases. Un plan tan valiente como arriesgado yendo con ventaja en la eliminatoria y teniendo en cuenta el peaje físico que pagó el bloque herculino en la ida.
Otra posibilidad pasa por reajustar y no presionar tanto a la primera línea albinegra. Tapar líneas de pase más que acosar, con el fin de que sean los centrales locales los futbolistas liberados que tengan que decidir qué hacer, pero sin oportunidad de encontrar en su horizonte un hombre libre. Si eso sucede, es evidente que el Dépor tendrá que tirar la última línea más atrás, pues no tener el balón presionado y a la vez conceder espacios a la espalda es un suicidio. De hecho, el único gol que ha encajado el Dépor con De la Barrera, en Pontevedra, nació a partir de una acción de este estilo.
«En el partido, nuestra exigencia va a ser saber defender más arriba. Si somos capaces de estar en campo contrario y nos quedamos ahí…», expuso el técnico coruñés en rueda de prensa. Una declaración de intenciones que el staff podría modular en función de cómo se vaya desarrollando el partido. Porque lo que resulta evidente es que el choque de Castalia tendrá momentos de ir arriba y otros de esperar más atrás. No puede ser de otra forma en un playoff.
La salida de balón
A lo largo del curso, el Deportivo ha sido un equipo que ha sabido penalizar la presión alta de los rivales en A Coruña, pero que no ha logrado repetir el resultado cuando el contexto era en estadio ajeno. A pesar de las diferentes fórmulas probadas por Óscar Cano, el Dépor no era capaz de encontrar el método para dañar a sus enemigos si le iban a buscar arriba en un césped que no fuese el de Riazor.
Con Rubén de la Barrera, este apartado es todavía un melón por abrir, pues poco tuvo que ver el encuentro de Pasarón con la realidad del playoff. En los dos partidos como local del equipo con Rubén en el banco, las propuestas de los rivales fueron muy diferentes: el Algeciras fue a presionar arriba y el Castellón esperó en bloque medio, priorizando evitar los pases por dentro.
Es de esperar que en Castalia, el conjunto dirigido por Albert Rudé dé un paso adelante. Sino en el inicio, sí al menos durante el transcurso del choque. Que vaya a presionar más alto para tratar de incomodar al Dépor. El conjunto blanquiazul no encontró fluidez en su juego interior en el choque de ida, pero con la ventaja que le otorga el marcador no tiene por qué precipitarse. Si así lo desea, debe incitar al Castellón para que le vaya a buscar arriba. Y si está cómodo con el rival esperando, tan solo tiene que ajustar muy bien sus vigilancias ofensivas para que una pérdida no se convierta en una ocasión de gol del equipo local.
Precisamente sobre esa presión alta habló también De la Barrera: «Que vengan a presionar nos tiene que ayudar. Nos marcará los caminos y si superamos esa primera línea, somos muy peligrosos». Un mensaje claro al enemigo para dejarle claro que si eleva su bloque, el riesgo de desajustarse es más alto. Y el Dépor sabe cómo penalizar los espacios ofrecidos. Sino, que se lo pregunten al Algeciras.
Encontrar a Soriano y a Lucas
El Deportivo fue capaz de ganar al Castellón sin las mejores versiones de Mario Soriano y Lucas Pérez. El equipo valenciano logró cortocircuitar de manera maravillosa a los dos mediapuntas del Dépor en la ida, pero ese encuentro solo puede suponer un aprendizaje valiosísimo para ambos y para todo el bloque.
«Desde la construcción tenemos que posibilitar que el defensor divida su atención entre la marca y el balón. También hay que romper las marcas al hombre a través de la movilidad del equipo, o con matices individuales, dependiendo de cómo estén marcados. Es entrenamiento, información y reconocer situaciones. A ellos les vino bien que entraran poco en contacto con el balón, pero también que nunca estuvieran en disposición de ir hacia adelante con ventaja. Les daremos un par de pinceladas para evitarlo», apuntó sobre este aspecto De la Barrera en la última rueda de prensa.
Calavera y Kochorashvili, encargados de referenciar a Lucas y a Soriano, nunca se sintieron amenazados por el poseedor del balón. Ni los dos centrales, ni Villares ni Álex Bergantiños fueron agresivos para hacer dudar a los pivotes albinegros sobre qué hacer y liberar así al coruñés o al madrileño. Y cuando estos tuvieron que ‘soltar’ la marca, las óptimas distancias entre líneas del Castellón permitían que fuese el otro pivote, un central o un lateral el que referenciase a los futbolistas más determinantes del Dépor. Así, una marca prácticamente individual se convirtió en una vigilancia colectiva.
El Deportivo intentó rasgar ese doble pivote haciendo que Lucas rompiese hacia el carril exterior derecho. Pero el Castellón dio la sensación de ser capaz de controlar la situación, ayudado por el poco veneno que el equipo deportivista encontró en Antoñito como recurso ofensivo para dar continuidad al juego.
Esta tarde, si el Castellón va a presionar arriba, tanto Mario Soriano como Lucas Pérez tendrán sí o sí más espacios para explotar en rupturas o recibir al pie. Y si el bloque de Rudé empieza con un plan defensivo similar al de la ida, el Deportivo habrá trabajado la manera de que sus futbolistas más desequilibrantes reciban más y mejor.
En este sentido, más allá de comportamientos colectivos previos, una opción evidente pasa por separarlos en vez de hacerlos coincidir como posibles receptores en zonas muy colindantes. Esa fórmula ya la exploró De la Barrera en la segunda mitad de la ida, con Soriano en el carril izquierdo como inmediato destinatario del primer pase progresivo. De empezar por dentro para acabar por fuera a construir directamente por fuera.
El Deportivo podría explorar el mismo patrón. Pero también hacer algo similar con Lucas en el carril exterior derecho o incluso colocar a Max Svensson en esa banda para jugar con un 4-2-3-1 más simétrico en el que la doble amenaza por fuera (Antoñito-Max y Lebedenko-Yeremay) obligue al Castellón a defender más metros a lo ancho y le impida cerrarse tanto.
Son variantes posibles dentro de un partido con una alta carga emocional, pero un componente muy alto de pizarra que dirimirá si el Dépor es capaz de asaltar Castalia. Si manda en estos tres aspectos tácticos claves, sin duda será así.