Ya han pasado unos días desde que se consumó el descenso del Deportivo, por lo que es momento de poner en perspectiva la pésima temporada del club blanquiazul y analizar los motivos que han llevado a este doloroso desenlace.
Para ello, en Riazor.org hemos querido recuperar la sección «Con el micrófono apagado», en la que nuestros redactores debaten y ofrecen su visión más personal de lo sucedido en el equipo herculino. La idea es crear un contrapunto dinámico, en el que cada argumento pueda ser rebatido o profundizado en la siguiente intervención y en el que queremos introducir a nuestros lectores.

[Víctor Losada] Finalmente se consumó el descenso. Algo que, seguramente, casi nadie esperaba en pretemporada a tenor del equipo hecho pero que según han ido pasando los meses se veía como algo más que una posibilidad. Todo comenzó con la continuidad de Pepe Mel, algo que recibió muchas críticas por lo que podíamos leer nosotros en nuestras redes sociales y en nuestra página web, y también apostándolo todo al regreso de Lucas Pérez. Que gran parte de la afición lo veía como algo positivo, pero finalmente no ha dado el resultado esperado. De hecho, si hubiese sido el Lucas de la última temporada en A Coruña, seguramente estaríamos hablando de una permanencia certificada tiempo atrás. Y por otro lado, el tema de la dirección deportiva y los entrenadores. Un equipo con tres entrenadores en la misma temporada -algo que además ya es recurrente en Coruña-, no puede aspirar a tener estabilidad. Ahora, con el descenso ya consumado, queda mucho por debatir y analizar. Y a la directiva, muchísimo por trabajar.
[Miguel Sanz] Efectivamente, la directiva tiene mucho trabajo por delante. Se había hablado de la llegada de un Director Deportivo para un mes de abril que ya ha quedado atrás. Continúe o no la actual directiva, las decisiones deben tomarse cuanto antes para comenzar a confeccionar una plantilla completa y polifacética.
Porque precisamente ese fue uno de los grandes problemas esta temporada. Además del rendimiento muy por debajo de lo esperado de muchos jugadores (ejemplo inmejorable el ya expuesto de Lucas), el equipo padeció en muchas ocasiones de carencias importantes en puestos calve, con un medio defensivo que nunca existió y varios guardametas que no dieron el nivel. Restan tres semanas para el final de la temporada, pero la confección del Dépor 18/19 debe comenzar ya.
[Jorge Lema] No creo que la clave del desastre de esta temporada fuera tanto la confección de la plantilla y sí el menosprecio a la figura del entrenador. Obviamente que hay carencias, sobre todo en la portería, pero si algo ha demostrado esta última reacción del equipo es que había calidad de sobra para mantener la categoría. El gran problema es que desde el banquillo no se ha encontrado ni la mejor forma de encajar las piezas, ejemplificada, entre otras cosas, en la obsesión por juntar a Lucas Pérez, Adrián y Andone en el mismo once, ni aportado el liderazgo suficiente para encarrilar a un vestuario con tendencia a la relajación.
La directiva, ya desde la pasada campaña, creyó que era bueno contratar entrenadores de perfil bajo y que las estrellas estuvieran sobre el campo. La continuidad de Pepe Mel ya vino dada por el temor a cómo quedaría otro despido. Después, se le entregó el equipo a Cristóbal por su buen trabajo con el Fabril, pero que debutaba en la élite, y finalmente la contratación de Seedorf, sin apenas experiencia ni conocimiento.
[Rocío Candal] Coincido con Jorge, el hecho de no darle al entrenador la importancia que tiene ha sido decisivo. Nadie puede negar que había buenos futbolistas en el equipo. Sin embargo, uno se pregunta si, ya de entrada, esa plantilla era acorde al técnico elegido en un principio (Pepe Mel). Esa discordancia fue una de las claves y uno de los primeros fallos. Y no creo que venga de esta temporada. Creo que es un problema de raíz que se ha ido dilatando con el paso de los años. El ir dando bandazos, el no seguir una misma línea y darle continuidad… Eso, a la larga, sale muy caro. Empiezas de cero con cada cambio en el banquillo, no sigues una idea… Si bajar a Segunda supone que el Dépor asiente las bases y las primeras piedras de lo que quiere ser, si piensa a largo plazo, si define su proyecto… El descenso será un mal menor. Estoy convencida.
Otro fallo que no se debe repetir en el futuro es el de prescindir de los tres capitanes. En los momentos más complicados, todos echamos en falta a Álex Bergantiños y a lo que representa. Y quién dice Álex, dice a cualquier otro que tirase del carro cuando vinieron mal dadas. Se echó en falta una figura que alzase la voz en el vestuario, ese prototipo de futbolista a menudo infravalorado y que marca las diferencias de cara a hacer piña y unir al grupo. Uno mira a los equipos de abajo y en todos encuentra un perfil así: desde Mantovani en el Leganés, la identidad que de por sí tiene la gente de casa en un club como el Athletic, lo que supuso la llegada de Coke Andújar en el Levante… No creo que sea casualidad.

[Aarón Cabado] Me parece interesante el apunte sobre la necesidad de definir un proyecto. Es cierto que había plantilla para lograr la permanencia, pero se ha demostrado que lo que no hubo fue equipo. Porque un equipo debe ser competitivo, y este Deportivo se ha pasado dos tercios de temporada sin serlo. Pero, como ya se comentó, no es un problema de ahora, es un lastre con el que se lleva cargando muchos años. La directiva debe pensar hacia dónde quiere que vaya el Deportivo y cómo quiere que llegue hasta allí, y una vez sea capaz de discernir eso, hacer una planificación que se ajuste a esas respuestas. Con paciencia, sin volverse locos, sin angustiarse con cada revés. En los últimos tiempos se han visto infinidad de decisiones contradictorias, cambios de dirección… y eso es lo que el Deportivo no se puede permitir si quiere volver a establecerse en la élite. Cambiar de rumbo constantemente nunca ha llevado a nadie a ningún lado.
[Carlos Santamarina] Todos coincidimos en que un descenso siempre llega como consecuencia de un cúmulo de circunstancias, y no se me viene a la cabeza un caso mejor que el del Deportivo para poner como ejemplo. Cuando se buscan las causas, los análisis se suelen acotar a lo sucedido en esta campaña, pero yo lo llevaría mucho más atrás, porque en mi opinión esta situación no es más que el fruto de cuatro años de despropósitos. Siempre es más fácil equivocarse que acertar a la primera, sobre todo cuando se trataba de una directiva sin ningún tipo de experiencia en el mundo del fútbol de élite. Pero en todo este tiempo, en lugar de aprender de los errores cometidos lo que se ha hecho es incidir en ellos año tras año. La primera temporada fue el milagro del Camp Nou, la segunda por el pobre nivel de los rivales inmersos en la lucha por el descenso y la tercera la salvación más barata en cuanto a puntos de toda la historia. El caso es que la consecución de la permanencia era visto casi como el elixir de la felicidad y el arma con el que atajar cualquier atisbo de crítica hacia la gestión deportiva de la entidad.
Tanto ejercicio de funambulismo antes o después suele terminar mal y este año ha sido el de la caída. Este descenso resulta más doloroso y deja en muy mal lugar a los actuales gestores ya que se produce justo cuando el club había dado un salto sustancial en lo económico hasta el punto de partir como el 13º equipo con mayor límite salarial, algo que echa por tierra todas las excusas esgrimidas hasta el momento a la hora de justificar la errática trayectoria del primer equipo blanquiazul. Con el equipo en Segunda, la dimisión del consejero del área deportiva, la dirección deportiva totalmente descabezada tras la marcha de Richard Barral y después de ver como año tras año se incumplían las promesas de poner remedio a los problemas mi pregunta es, ¿será esta bofetada de realidad en forma de descenso la que realmente haga reaccionar a esta directiva?
[Anxo Rei] Concuerdo con lo dicho anteriormente por Aarón. Hombre por hombre, la plantilla del Deportivo no es mala y uno piensa a principio de temporada que puede ser suficiente para salvarse. El mismo Tino Fernández llegó a hablar de aspirar a cotas mayores, como Europa. Sin embargo, los nombres no hacen equipo, ni se complementan porque sí, evidenciando a lo largo del año que la confección de la plantilla no se hizo acorde a una idea de juego ni buscando que los futbolistas se complementaran unos a otros, casi como quien colecciona cromos. Igualmente, coincido con Carlos cuando señala la falta de entendimiento entre la dirección deportiva y los técnicos, lo que lleva a que un entrenador trate de desarrollar un fútbol para el que no tiene los jugadores adecuados, además de otras carencias como el baile de porteros.
«Si algo puede salir mal, saldrá mal», una frase que el Deportivo se ha tomado al pie de la letra en todos los niveles esta campaña, lo que concluye con el equipo en Segunda tras una de sus peores temporadas de la historia en Primera. De nuevo ciñéndome al plano deportivo, dentro de lo malo hay que ver lo positivo: es una oportunidad para apretar el botón de reinicio y comenzar un proyecto desde las bases, poco a poco y con criterio, en vez de dar bandazos de un año para otro. A parte de lo ya comentado por mis compañeros en este aspecto, me gustaría añadir un apartado que debe ser importante para el Deportivo: su estilo de juego (o más bien, tener alguno). ¿A qué juega el Dépor? Nos lo podemos preguntar cada fin de semana durante años y obtendremos una respuesta diferente siempre. El club carece de una identidad dentro del verde, algo a lo que ser fiel y que marque el camino. Empezando por el director deportivo, siguiendo por el entrenador y dejando al margen otras cuestiones, creo que es el momento ideal para que el Deportivo implante una filosofía en su fútbol después de numerosas temporadas sin saber a qué juega, que adopte una idea y deje los castings de entrenadores con estilos opuestos para ir creciendo poco a poco siempre en la misma dirección.
[Carlos Santamarina] Coincido plenamente en lo que apuntan Jorge y Rocío sobre que los tumbos dados en la elección de entrenador han sido el principal talón de Aquiles por tratarse este de la figura encargada de sacar rendimiento a la plantilla, pero el problema radica en la evidente falta de sintonía entre la dirección deportiva que encabezaba Richard Barral y la práctica totalidad de los técnicos que han pasado por el banquillo herculino. Salvo contadas excepciones, y más allá de la valía de los jugadores incorporados, los fichajes respondían al perfil buscado por Barral y no se ajustaban a las verdaderas necesidades o exigencias del entrenador en cuestión. El último ejemplo fue la reiterada petición de un portero de garantías formulada por Pepe Mel durante el pasado verano y que cayó en saco roto. Esa disensión en la linea de trabajo es lo que después se ha visto reflejado sobre el terreno de juego y se ha convertido en un mal endémico, la incapacidad para lograr encajar las piezas y sacar rendimiento a la plantilla.
Si nos ceñimos estrictamente a la confección de la actual plantilla hay errores de bulto que resultan poco menos que imperdonables y a los que muchos ya apuntábamos a principio de temporada. El primero de ellos, la ya mencionada ausencia de un portero titular de garantías. El segundo sería todo lo relacionado con otra posición tan sensible como la de mediocentro, en la que el desproporcionado desembolso económico llevado a cabo para hacerse con los servicios de Guilherme y la apuesta por un extracomunitario como Valverde condicionaron el resto de movimientos del mercado estival y no dotaron al equipo del tan ansiado pivote defensivo capaz de dar solidez al equipo. El tercero fue un mercado invernal decepcionante que no sirvió para tapar ninguna de las carencias. Y un cuarto que personalmente considero el más grave de todos ellos y que muy bien apunta Rocío, el menosprecio hacia la figura de los capitanes. En un vestuario ya de por sí problemático la marcha de Lux, Álex Bergantiños y Laure dejó al equipo huérfano de referentes y lo convirtió en una plantilla sin identidad, en la que brilló por su ausencia ese sentimiento de pertenencia u orgullo por defender unos colores, un cúmulo de factores que terminó propiciando un evidente distanciamiento entre equipo y afición que debe de ser reparado cuanto antes.

Y cambiando un poco de tercio, ¿qué jugadores de la actual plantilla os parecen imprescindibles para el próximo año?
[Rocío Candal] Para ir arrancando voy a dejar dos nombres. De primero te diría a un cedido: Álex. Por lo que representa y por lo que debe ser. Pero habrá que ver cómo está su contrato y en función de si sube o no el Sporting. Otro que para mí tiene que estar sí o sí es Borja Valle. Creo que por su tramo final de liga bien se merece una oportunidad y un papel importante en Segunda. Pero por encima de jugadores, lo primero debe ser definir qué camino tomar. A partir de ahí será mucho más fácil aclarar altas, bajas, quién sube del Fabril…
[Aarón Cabado] El problema es que, en la situación actual, la decisión pertenece totalmente a los jugadores. No creo que el Deportivo pueda hacer nada para retener a futbolistas que no estén dispuestos a jugar en Segunda División. Y en la plantilla actual hay varios que tendrán ofertas de Primera o de otras ligas… Así, parece complicado pensar que futbolistas como Çolak, Sidnei, Andone o Juanfran, por nombrar algunos de los que tienen más cartel, accedan a quedarse en A Coruña. De los que más opciones tienen de quedarse, creo que el Dépor debería intentar convencer a jugadores como Luisinho, Mosquera o Celso Borges, que ya llevan varios años en el equipo y que pueden ser útiles en ese período de tránsito entre el Deportivo de los últimos años y el proyecto que se quiere construir para el futuro.
[Rocío Candal] Y, evidentemente, coincido con Aarón en lo primero que apunta. Muchos de esos jugadores que él mismo menciona son insostenibles en la categoría de plata. No han pasado ni 3 días desde el descenso y ya hemos visto saltar los rumores de que varios equipos de Primera están interesados en Schär, en Sidnei… Es lógico.
[Carlos Santamarina] A todo el mundo le gusta hacer cábalas y poner nombres al nuevo proyecto, pero como bien dice Rocío, eso sería volver a caer en el mismo error de las últimas temporadas y empezar nuevamente la casa por el tejado. En el momento de la salida de Richard Barral, Tino aseguró que como muy tarde en abril habría un nuevo director deportivo y ya estamos en mayo y seguimos esperando. Eso es lo primordial, y ya está tardando. Y acto seguido tocaría nombrar un entrenador, que en mi opinión no debería de ser Seedorf, porque esta mínima reacción experimentada en el último mes no debe ocultar las graves carencias exhibidas por el holandés, empezando por el desconocimiento de la competición y acabando por su mala lectura de los partidos.
Una vez estén definidos esos dos puestos, que insisto debe de ser cuanto antes, será cuando toque hablar de nombres. En mi opinión el primer paso de cara a armar un proyecto de garantías hacia el ascenso pasa por formar una plantilla en la que se recupere la identidad perdida en los últimos tiempos. Recuperar la comunión entre equipo y afición, muy seriamente dañada este año, es un factor clave para la consecución del objetivo. Ahí es donde entrarían hombres de la casa como Álex Bergantiños, Róber y algún que otro fabrilista. Después creo que hay algún otro jugador de la actual plantilla que debería pasar a ser un gran activo y que estoy convencido que va a continuar, caso de Borja Valle o Luisinho. A partir de ahí incluiría a una serie de futbolistas como Fede Cartabia, Mosquera o Emre Çolak que personalmente me gustaría que se quedaran porque sin duda alguna marcarían la diferencia en Segunda, pero a día de hoy lo veo muy complicado.

Respecto a lo que dicen el resto de compañeros, hay futbolistas cuyo futuro dependerá más de las ofertas que reciban de otros equipos que de lo que pueda hacer el propio Deportivo. Sin embargo, creo que el club debería hacer un esfuerzo adicional por mantener a jugadores como Valverde (en una nueva cesión) o Çolak, que pueden jugar un papel similar al de Juan Domínguez en las dos últimas campañas en Segunda y ser hombres diferenciales en un buen número de partidos.
[Anxo Rei] A expensas de lo que plantee la futura dirección deportiva, creo que es un momento ideal para incorporar gente de la cantera, teniendo en su máximo exponente a Edu Expósito. Con el Fabril clasificado para el playoff, el filial ha demostrado que tiene algunos hombres capacitados para formar parte de un proyecto en la categoría de plata.
Por otro lado, muchos jugadores de la actual plantilla creo que rendirían bien en Segunda, aunque su permanencia dependerá de las ofertas que tengan, obviamente; a día de hoy no puede haber ningún jugador intransferible. Esta es una ocasión para jugadores que tampoco han disputado demasiados minutos en Primera y que en una división menos pueden marcar diferencias, como creo que es el caso de Borja Valle, tal como apuntó Rocío. Además de los cedidos, el club debe aprovechar el momento para hacer una limpieza en un vestuario que por momentos se ha tildado de tóxico. En mi opinión, si hay jugadores que puedan enturbiar el ambiente, no pueden continuar el próximo año en el Deportivo, aunque sobre el césped sean válidos para la categoría.
[Jorge Lema] Estoy de acuerdo con Rocío en lo de Borja Valle. Además de por su gran final de temporada por rendimiento en el campo, ha conseguido conectar muy bien con la afición, que lo ve como esa luz en una temporada sin apenas cosas salvables. En una plantilla que ha perdido toda la confianza de la grada, la presencia de Valle debe servir de imagen del nuevo proyecto. Pero también señalaría a Fede Cartabia. Vino para ser importante en Primera y las lesiones no le han dejado mostrar su potencial. Parece comprometido con el club y la ciudad, tiene un contrato largo y debería marcar diferencias en Segunda.
[Rocío Candal] Fede Cartabia. Cierto. No le quito ni a una coma a lo que dice Lema sobre él. Podría ser decisivo en Segunda.