Lo del Dépor con los entrenadores parece la historia de no acabar. Como ya es sabido, Óscar Gilsanz no continuará al frente del banquillo para la próxima temporada, convirtiéndose así en una nueva víctima del inestable banquillo de Riazor. Su sustituto, ya confirmado, será Antonio Hidalgo. Esto no es novedad, puesto que desde el 2015, este será el decimoctavo cambio en el banquillo que sufrirá el cuadro blanquiazul. La inestabilidad en este puesto afecta una vez más a un equipo que no se casa con ningún entrenador.
En este nuevo capítulo del interminable carrusel de técnicos, Gilsanz se despide, a pesar de haber cumplido el objetivo de la permanencia, tras siete meses al mando. El betanceiro no tendrá la oportunidad de empezar una nueva temporada con los blanquiazules, y mucho menos de completarla. Han sido pocos los que han tenido esta posibilidad en la última década.
Víctor Fernández fue el primero en esta rueda y acabó siendo destituido en las últimas jornadas de su primera campaña con el equipo en descenso. Además del maño, otros doce técnicos pasaron por A Coruña sin tener la posibilidad de dirigir al equipo en una temporada completa. Garitano y Pepe Mel compartieron la campaña 2016-17. El propio Mel, junto a Parralo y Seedorf fueron los técnicos del Dépor en su última temporada en Primera.
Ya en la categoría de plata, en la primera temporada, entre Natxo González y Pep Lluís Martí, se alcanza la final del playoff de ascenso para regresar a la élite. El equipo se queda a las puertas de volver y la siguiente temporada resulta fatídica puesto que ni Anquela, ni Luis César Sampedro, ni Fernando Vázquez logran salvar al equipo de un nuevo descenso.
En su etapa en la tercera categoría fue donde más paciencia se tuvo con los entrenadores. Aún así, como es habitual, hubo bastantes cambios de rumbo en el banquillo coruñés. En la primera campaña Rubén de la Barrera sustituye a Fernando Vázquez y, en la anterior al ascenso, Borja Jiménez, Óscar Cano y, de nuevo, Rubén de la Barrera pasan por este puesto.
En esta última, la del regreso al fútbol profesional, Gilsanz sustituyó a Idiakez tras un mal arranque. Ahora llega Antonio Hidalgo para comenzar una nueva temporada. El catalán buscará ser una excepción entre los entrenadores que dirigieron al cuadro herculino para acabar la temporada en su puesto.
Solo tres resistieron
En esta última década solo tres técnicos han resistido a las garras del banquillo blanquiazul durante una temporada completa. Curiosamente, ninguno de ellos lo ha hecho en la Segunda División. Víctor Sánchez fue el primero en lograrlo. El que ya había defendido al Dépor como jugador llegó en las últimas jornadas de la campaña 2014-15 para tratar de salvar al equipo. Con un agónico partido en el Camp Nou lo consiguió y se ganó el derecho a empezar la siguiente campaña.
En la 2015-16 Víctor estuvo desde la primera hasta la última jornada. Consiguió la permanencia en Villarreal a falta de un partido. Tras el fin de la campaña se anunció que no continuaría al mando la siguiente campaña y su sustituto sería Gaizka Garitano.
En Primera Federación se encuentran las otras dos anomalías entre esta inestabilidad. Borja Jiménez llegó hasta la final del playoff de ascenso en la temporada 2021-22. El equipo se quedó a las puertas de la Segunda División en una tarde trágica para la afición deportivista. A pesar de ese tropiezo, se confió en el abulense para iniciar la siguiente campaña. Confianza que se esfumó en siete jornadas, cuando el equipo marchaba en sexta posición.
El último que aguantó un año completo fue Imanol Idiakez. El vasco llegó en el verano del 2023 y, a pesar de una primera vuelta mejorable, se confió en él. Finalmente, la historia tuvo un final feliz al conseguir ascender de forma directa a la Segunda División. Tras devolver al equipo al fútbol profesional fue destituido el pasado mes de noviembre después de un inicio dubitativo de temporada.