Los Servicios médicos del Deportivo ya saben que tienen trabajo antes del decisivo duelo con el Zamora. El equipo blanquiazul puso esta mañana fin a esta semana de entrenamientos sin competición y lo hizo con cinco jugadores al margen del grupo. Todos ellos arrastran algún tipo de molestias con la única excepción de Mujaid. El central está confinado por ser contacto estrecho de un positivo por COVID y seguirá así unos días más, aunque en el club son optimistas en cuanto a su participación en el partido del próximo domingo 28 de marzo.
Los que más dudas despiertan son Celso Borges y Héctor Hernández porque son los jugadores que sufrieron lesiones musculares. El lateral tuvo que parar ante el Celta B y no está descartado para medirse al Zamora, pero sí llegará algo justo. Todo dependerá de cómo evolucione durante la próxima semana, porque no se quiere forzar teniendo en cuenta que la segunda fase empieza ya. Más opciones tiene el tico, que está en la recta final de su recuperación. No sería sorprendente verlo entrenar con el grupo el lunes en la vuelta al trabajo, programada para las 18:30 horas.
Lara y Bóveda, dos tocados que han bajado el ritmo
La lista de bajas la completan Lara y Bóveda. En principio no corre peligro su participación en la última jornada, pero ambos han aprovechado esta semana sin partido para bajar el ritmo y recuperarse de molestias. La rodilla le está causando algún problema al sevillano, mientras que el lateral vasco ya lleva gestionando las cargas de trabajo durante varias semanas. De todas formas, está llegando a tope a los partidos y de momento no se ha visto obligado a perderse ningún encuentro.
La única baja obligada, por lo tanto, es Derik Osede, lesionado de gravedad en el tendón de Aquiles y que no jugará más esta temporada.