Este sábado el Deportivo recibe en Riazor al Gimnástic de Tarragona, equipo que ostenta la penúltima plaza de la tabla. Los catalanes llegan a Coruña sólo por encima del Reus, que fue expulsado recientemente de la competición, y con un pésimo registro goleador, el peor de la categoría. Sus números de cara a puerta no son en absoluto comparables a los del conjunto blanquiazul, pero hay un ranking en el que sí comparten el liderato con los gallegos: el de expulsiones.
Cada club ha recibido 7 tarjetas rojas en lo que llevamos de Liga, sin contar aquellas que los árbitros han mostrado a miembros de los equipos técnicos. Algunas de estas cartulinas han sido decisiones muy discutidas, como la expulsión de Fali en el partido del Nástic frente al Elche. El jugador acabó viendo el camino hacia vestuarios en el minuto 29 de la primera parte por dirigirse a un asistente «con voz airada y gesticulando», según el acta arbitral.
Sin embargo, el caso más curioso de los dos conjuntos quizá sea el del Deportivo, que además de liderar la clasificación de rojas, figura entre los clubes con menos faltas cometidas y entre los que menos tarjetas amarillas han recibido esta temporada. El gran número de expulsiones sufridas por los herculinos ha generado un malestar considerable en A Coruña y no han sido pocos los jugadores que lo han mostrado públicamente.
Las sanciones derivadas de estas tarjetas se han convertido en un problema para los coruñeses. Uno particularmente acuciante en un plantel que está sufriendo un gran número de lesiones este año. Este sábado Natxo González no podrá contar con varios jugadores por esa misma razón, y a mayores no podrán ir convocados ni Domingos Duarte, por acumulación de amarillas, ni Nahuel, último jugador expulsado del equipo. Aunque este caso el club está a la espera de si prospera el recurso ante el Comité de Apelación.