«Si habla o no habla conmigo Paco Zas -presidente del Deportivo- no lo voy a decir en una rueda de prensa o las veces que hablo con él, o si hablo o no hablo con él”. Así de tajante se mostró Luis César tras la derrota ante el Zaragoza. Un resultado que hace historia, pero en la parte negativa. Y un partido en el que la grada volvió a apuntar hacia el palco. La respuesta ha sido la misma de las últimas semanas: silencio.
La última comparecencia en público de Paco Zas data del pasado 9 de octubre. El actual presidente del Deportivo acompañó a Luis César en su presentación como nuevo entrador del equipo, llegando en sustitución de Juan Antonio Anquela.
Curiosamente, ese día Paco Zas explicó el cambio en el banquillo. «Sobre todo nos pesó la dinámica de no ganar. Cuando un equipo entra en una dinámica de no ganar llega a acostumbrarse a eso. Lo que no queríamos de ninguna manera es que los profesionales se acostumbrasen a no ganar». Una costumbre que por lo visto, finalmente se ha instaurado en el seno de la plantilla blanquiazul.
Han pasado dos meses desde esa comparecencia. El Deportivo, con Luis César, no solo no ha mejorado sus prestaciones sino que las ha empeorado. El equipo es colista y ya está a ocho puntos de la salvación. Pase lo que pase, terminará 2019 en puestos de descenso a Segunda División B. Con el foco en el palco, casi ninguno mira hacia lo que está pasando en el banquillo, algo que juega a favor de un técnico consciente de que su tiempo, como la paciencia de los aficionados, empieza a agotarse.
Carmelo del Pozo también se ha aplicado la ley del silencio. Su última comparecencia fue a pie de calle, con una valla separándole de los aficionados que se habían desplazado a Extremadura y pedían explicaciones tras una nueva derrota del equipo. El día después aparecieron pintadas en el portal de su casa pidiéndole que se fuera.
Sin nadie que medie en una guerra que parece no tener fin, en los próximos días se celebrará la Junta Extraordinaria de Accionistas. Lo más preocupante no es que la directiva no hable, es que el silencio también se está apoderando de un Riazor que están vaciando de forma paulatina.
¿Qué necesita el Deportivo? ¿Existe alguna solución?
Una parte de la afición parece resignada al descenso a Segunda B y probable desaparición del equipo, y otros señalan a Augusto César Lendoiro como catalizador del cambio. También lo hacen recuperando la figura de Fernando Vázquez, para cerrar un ciclo de desastres que comenzó tras la destitución del de Castrofeito.
Además de señalar culpables, buscar salvadores y citarse al amanecer en guerras estériles, el Deportivo necesita unión y alejarse de palabras vacías. Hace falta que alguien de un paso al frente y hable claro sobre lo que está sucediendo y proponga soluciones. Hay una ruptura social, un problema económico, una situación gravísima en lo deportivo y una falta de patrimonio que lastra todo lo demás.
Una situación difícil, inesperada para unos y previsible para otros. Como sea, la única realidad es que el Deportivo es último de Segunda División, que lo que hay parece no llegar para conseguir por lo menos la salvación y que de momento nadie se atreve a dar una explicación. El tiempo se acaba y el silencio es más atronador que en ningún otro momento de la historia de uno de los nueve campeones de Liga.