No son pocas las veces que el fútbol y las contradicciones van de la mano. Y sea por eso, o por simple cuestión de karma, quizá el Deportivo de Vázquez haya sumado sólo un punto de seis posibles en los que, a nivel colectivo, han sido sus mejores partidos. El conjunto blanquiazul superó al Girona, el club más poderoso de Segunda, y no fue inferior al Zaragoza, el mejor equipo de la categoría en el último mes. Pero este deporte ha ido, va e irá de acertar en las áreas. Como en Albacete, como en Alcorcón, pero también como en La Romareda.
Porque el Dépor sumó su primera derrota de 2020 por fallar en algo en lo que estaba siendo sobresaliente hasta ahora: proteger su último tramo de campo. El partido, al menos hasta la roja a Gaku, presentaba el mismo guión que todos los anteriores con Fernando Vázquez en el banquillo. El rival tenía el balón, pero no encontraba la grieta en el muro.
Apareció a balón parado y lo hizo por errores individuales graves. De forma oportunista se ha criticado la forma de defender la estrategia, demasiado hundidos hacia la portería. Pero el problema en Zaragoza no fue de concepto y sí de ejecución. Çolak se equivocó en el primer tanto, Mujaid se durmió en el segundo. No hay más vueltas que darle. Una mala decisión, un segundo de despiste. Dos goles perfectamente evitables.
Me duele Nolaskoain
Más allá de esos errores que sí revivieron viejos fantasmas, el partido sirvió para ver que el equipo no tiene nada que ver con el de hace unos meses. No acusó los golpes e incluso fue mejor que su rival hasta que se quedó con inferioridad. Aketxe sigue creciendo y el equipo está cada vez más cómodo con balón a pesar del perezoso partido de Sabin Merino, que le restó mucha profundidad a los herculinos.
Eso sí, el duelo también dio la razón a los que pensamos que Peru Nolaskoain no debería ser el central elegido para cubrir la baja de Somma. Al menos no a largo plazo. Y no lo fue tanto por lo que se resintió el equipo con su ausencia en el centro del campo, partido más que aceptable de Álex Bergantiños, sino por lo que sufre el propio vasco en el eje de la zaga. Tanto en la salida de balón, como corriendo hacia atrás y chocando con los delanteros rivales. Stuani avisó, Luis Suárez pegó.
Entre resultados y bajas, el Deportivo de Vázquez se encuentra por primera vez en la encrucijada. Ha peleado mucho por salir a flote y los últimos contratiempos no deben afectar a la forma de navegar durante las próximas semanas mientras el técnico busca una nueva evolución.