Las temporadas de Miguel Ángel Lotina en el Deportivo fueron realmente raras. El técnico de Meñaka llegó para suplir con otros métodos el desgaste físico que había sufrido la plantilla en la etapa de Joaquín Caparrós y pasaron sucesos extraños. La primera campaña fue un claro ejemplo de ello. En la 2007-2008 estuvo 15 de las primeras 25 jornadas en puestos de descenso para acabar clasificándose a Europa a través de la conquista de la Intertoto. Cuando nada salía, se le ocurrió reforzar la defensa y poner una línea de tres atrás. Dio resultado. Aouate; Manuel Pablo, Lopo, Pablo Amo, Coloccini, Filipe; Sergio, De Guzmán; Wilhelmsson, Lafita; Xisco. La alineación se acabó sabiendo de memoria.
La 2008-2009, competición europea mediante, fue más sosegada para el Deportivo en Liga. Primera vuelta tranquila y segunda vuelta más tranquila todavía para terminar en un comodísimo 8.º puesto. Fue este el año de la vuelta de Juan Carlos Valerón a los terrenos de juego, del fichaje de Dani Aranzubia, del liderazgo indiscutible de Filipe Luis y de la descarada irrupción en el primer equipo de Lassad Nouioui.
Llegamos entonces a la esencia de este artículo: la temporada 2009-2010. El Dépor acabó 5.º la primera vuelta, con 34 puntos, desarrollando un buen fútbol, basculado este casi siempre hacia una banda izquierda donde un lateral brasileño mostraba todo su potencial. Todo era perfecto hasta que en el minuto 49 de la jornada 19 Filipe acude a un balón dividido en el área del Athletic Club toca primero el balón pero choca después de forma fortuita con Iraizoz. El ‘3’ marcaba su tercer gol del curso, pero decía adiós a la temporada. Desde entonces, el Dépor penó por la categoría, sumando tan solo 13 puntos de los últimos 57 posibles (tres victorias, cuatro empates y 12 derrotas).
No tuvo problemas para permanecer en la categoría esa campaña, pero la inercia de esta terrible segunda vuelta le condicionó para el siguiente curso, el 2010-2011, el año del descenso. Lotina continuó en el Dépor y en los ocho primeros encuentros de esa temporada acumuló cuatro empates y cuatro derrotas. Tres goles a favor y 14 en contra. La imagen final de aquella Liga fue la de los jugadores y la afición con lágrimas en los ojos.
Esta temporada 2015-2016, con Víctor Sánchez del Amo a los mandos, la afición del Dépor ha sufrido un déjà vu. El equipo ha brillado en la primera vuelta, pero ha decepcionado en la segunda. Muchos paralelismos. Todavía por asegurar la permanencia de forma matemática, la inercia negativa hace temer por la próxima temporada.