Tras un enero con un nuevo cambio en el banquillo y malos resultados tanto con Vázquez como con De la Barrera, el Dépor encaraba febrero apurando sus opciones de ascenso. Los coruñeses debía firmar un tramo final de la primera fase casi perfecto. Sin embargo, en este mes el equipo seguía sin carburar y prácticamente dilapidó sus opciones de volver a Segunda División.
Fuera de los terrenos de juego, febrero fue también el mes del relevo en la presidencia del club. El día 8, Fernando Vidal y su Consejo de Administración dimitían en bloque. Pocas horas después, Antonio Couceiro se convertía en nuevo presidente del Dépor. El también presidente de la Cámara de Comercio de A Coruña desembarcaba en la entidad herculina asegurando “la continuidad del proyecto deportivo y social, pase lo que pase”.
Sobre el césped, el mal nivel del conjunto blanquiazul se vio especialmente lejos de Riazor, con dos derrotas en otros tantos partidos. La primera de ellas llegó en el Campo do Vao, donde en poco más de media hora el Coruxo ya mandaba por 2-0. Pese a tener más de medio partido por delante, el Dépor nunca amenazó con la remontada. Solo Rayco, que se iba ganando oportunidades, demostró algo de intención en un pobrísimo partido a nivel colectivo y con graves errores individuales.

Y por fin, el primer triunfo del año
Si algo sacó en claro Rubén de la Barrera del partido ante el Coruxo fue que el equipo necesitaba cambios. Uno de ellos, que a la larga sería crucial, llegó en la portería. Pese a su buen inicio de curso, Carlos Abad fue bajando el nivel con el paso de las jornadas y en O Vao llegó la gota que colmó el vaso, con una pésima intervención a la salida de un córner que supuso el 1-0. Así, con la visita a Riazor del Guijuelo llegaba la oportunidad para Lucho García.
Ante los salmantinos, el Dépor mostraba por fin cierta solidez en defensa y algo de acierto en ataque, pues llegaba el primer tanto tras el cambio de míster. Con dicha diana, firmada por Lara, se lograba también la primera victoria del año. El triunfo no fue plácido, ni mucho menos, pero supuso el inicio de una reacción que, eso sí, tardaría un poco más en llegar fuera de casa.
Y es que el último partido del mes fue lejos de Riazor y se saldó con una nueva derrota ante otro equipo gallego. Aunque las sensaciones fueron distintas a las mostradas ante el Coruxo, la fragilidad defensiva volvía a condenar al Dépor, que caía por la mínima frente al Racing de Ferrol. Hubo descanso en Segunda B durante la última semana de febrero, lo que sin duda ayudó al nuevo míster a asentar sus ideas para firmar un excelente mes de marzo.