Las pruebas médicas confirmaron los peores presagios sobre la lesión de Fede Valverde. El uruguayo, que tuvo que retirarse en la primera parte del partido entre Deportivo y Betis, sufre una lesión muscular de grado dos el bíceps femoral de la pierna izquierda. Aunque el club no ha facilitado el tiempo de baja, el plazo de recuperación estimado para las lesiones musculares de grado dos va entre las tres y las ocho semanas.
Esta lesión llega en un momento muy inoportuno para Fede Valverde, que con la llegada de Seedorf parecía que iba a tener un papel importante. En su primer encuentro, el holandés le entregó galones en el centro del campo junto a Krohn-Dehli, en lo que suponía su estreno como titular en este 2018 y el primer partido en el que salía de inicio desde el pasado 2 de diciembre.
El centrocampista charrúa se perderá al menos los encuentros con Alavés, Espanyol, Getafe, Eibar y Girona, e incluso podría llegar demasiado justo al enfrentamiento con Las Palmas último de marzo. En el peor de los casos, Valverde no reaparecería hasta el mes de abril, después del último parón liguero por compromisos internacionales, para el partido contra el Atlético.
Seguramente no esté siendo la temporada que Fede Valverde esperaba cuando llegó cedido al Deportivo. A pesar de su buena pretemporada, en la que dejó grandes destellos y un golazo desde el centro del campo, ni Pepe Mel ni Cristobal terminaron de darle continuidad. Ahora tendrá que empezar de cero con Seedorf, pero primero necesita recuperarse y volver a coger el punto de forma, algo clave para un jugador de su despliegue físico.
El uruguayo se retiró visiblemente dolido del partido, tapándose la cara con la camiseta y consciente de que se trataba de algo serio. Sus pocos minutos hasta la fecha, unidos a esta lesión, pueden poner también en peligro su presencia en el Mundial del próximo verano. Hace unos meses debutó con la absoluta de Uruguay y Tabárez contaba con él, pero habrá que ver si lo sigue haciendo después de los últimos acontecimientos.