Germán Parreño volvió a la titularidad después de casi toda la temporada en el banquillo. El meta ilicitano disputó su tercer partido de Liga esta temporada ante el Granada. Más allá de acciones puntuales, reconoció, en rueda de prensa, que se encontró bien en su regreso a los terrenos de juego. En este final de temporada Gilsanz le está recompensando por el «trabajo invisible que llevaba haciendo todo el año». La próxima cita será ante el Zaragoza en un partido «muy competido y bonito». Además, se mostró tranquilo con respecto a su futuro en el club blanquiazul.
Un premio al «trabajo invisible» de toda la temporada
«Habíamos hablado ya. El míster habló con Helton y conmigo y me dijo que era una recompensa al trabajo invisible que llevaba haciendo todo el año. Yo me encontré bien, con mucho trabajo. Estás compitiendo contra un equipo que se está jugando meterse en playoff con muy buenos jugadores. Nosotros, durante toda la temporada, hemos utilizado pocos jugadores. Los que llevan más minutos están cansados y a los que veníamos sin competir nos cuesta porque no tenemos ese ritmo de competición. Por momentos no estuvimos a la par que el Granada en intensidad, era algo entendible. En lo personal me vi bien, pero es verdad que todo se puede mejorar, tanto en lo individual como en lo colectivo».
Una acción puntual que no mancha un buen partido
«En esa acción vi algo raro, porque en situaciones normales el balón hubiese llegado a mí. El balón a la espalda es una de las características que yo me identifico que domino bastante bien. En el partido creo que hay cinco acciones que dejan de ser claras porque intervengo en pases hacia portería y no se ven en los highlights. Esa acción, después de verla en la repetición, se nota que el balón se queda parado porque el campo estaba seco y el balón no desliza como otros partidos que jugamos a las nueve de la noche un domingo. Si hubiese deslizado lo más mínimo no hubiese pasado nada más. En ese balón creo que tanto Pablo como yo hubiésemos actuado igual, pero no sabemos como va a reaccionar el campo y que el balón se va a parar. Son cosas que pasan y ya está«.
Un choque mental ante el Zaragoza
«Desde la empatía de cuando yo me he visto en una situación como la de ellos, es un partido difícil en el que van a haber muchos factores que controlar. Nosotros lo vivimos sabiendo como son estos partidos y controlando nuestros puntos fuertes. Sabemos cómo puede ser el devenir del partido, más mental que táctico o físico. Se va a llevar el gato al agua el que esté más concentrado en cada minipartido. Va a ser un partido difícil, muy competido y bonito para el espectador y para jugarlo. Es un partido bonito e intenso entre dos equipos históricos».
Su motivación para continuar en A Coruña
«Me lo tomo con calma. Tengo contrato, pero como en cualquier trabajo pueden cambiar y pasar cualquier cosa de la noche a la mañana. Me centro en mi trabajo, como sé lo que yo controlo, lo que tenga que venir vendrá. Tengo contrato en vigor, estoy muy contento y a gusto y mi familia también. Tengo ganas de seguir, de demostrar en la parcela que toque. Seguiré trabajando. El futuro no lo sabemos porque no estamos allí, pero estoy contento, tranquilo y con ganas de trabajar«.
«Yo estoy motivado en hacer las cosas. Empezar un año, ilusionarme y, como hacía hace tiempo, tomarme cada partido como si fuese una final y que pase lo que tenga que pasar. Lo afronto así con la ilusión de aspirar a lo máximo, lo otro ya vendrá y será consecuencia de lo que se haga en el día a día«.