El Deportivo aprendió por las malas en El Alcoraz el lugar que ocupa en esta nueva Segunda División. Porque partidos malos pueden contarse bastantes, pero el año pasado ningún rival sacó del campo al conjunto blanquiazul como lo hizo el Huesca este domingo. Aunque la competición es larga y pone a cada equipo en su sitio, los de Anquela, y posiblemente también todo el deportivismo, ya se habrá dado cuenta de que el equipo coruñés parte de una posición muy distinta en la carrera por el ascenso.
Porque lo que faltó sobre el césped aragonés, sobre todo, fue aptitud. Aptitud para salir de la presión asfixiante que ejerció el equipo local y que acabó siempre con el Dépor regalando el balón. Aptitud para ganar los duelos individuales, al tiempo que se asimila que los defensores blanquiazules ya no serán siempre superiores a los atacantes rivales. Que las cesiones del nivel de Carlos Fernández ahora se las llevan otros. Raba contra Luis Ruiz. Esa es la nueva realidad.
Faltó, también, aptitud desde el banquillo. Porque no puede decirse que Anquela pusiera a los suyos en la mejor situación para competir. Y lo que es peor, le faltó también cintura para modificar sobre la marcha. El Dépor acentuó su inferioridad numérica en el centro del campo con una presión alta pero desequilibrada. A veces incluso con una línea de cuatro (Valle, Koné, Aketxe y Pedro) que dejaba a Álex y Gaku en tierra de nadie, naufragando en un equipo larguísimo ante un rival perfectamente escalonado. «La sensación es que siempre llegábamos tarde», apuntó el coruñés al final del partido.
Tres regalos, tres goles
Fruto del agobio, de la impotencia y de ese sometimiento, llegaron los tres goles del Huesca, cada uno de ellos originados por un grave error del Deportivo. El primero, casi cómico, en el que hubo parte de mala fortuna, el segundo con un despeje frontal al borde del área, y el tercero tras una pérdida de balón provocada por un pase raso de 40 metros en campo propio.
Ni siquiera el tanto de Christian Santos maquilló un partido que nos deja una idea de lo que es el Dépor hoy con respecto a sus rivales. Sigue siendo un buen equipo y seguramente esté capacitado para pelear el ascenso, pero, sobre el papel y a falta de saber cómo cambia el escenario en la última semana de mercado, el conjunto herculino arranca desde la segunda fila este nuevo intento de regresar a Primera.