El Dépor Abanca viaja a Córdoba con la intención de mantener su puesto de ascenso directo después de esquivar dos balas consecutivas con el empate en Tenerife y, sobre todo, la derrota ante el Barcelona B. Irene Ferreras confía en que sus jugadoras den un golpe de timón: «Sigo viendo la igualdad que hay en la liga como muy positiva. Cada vez que no conseguimos buenos resultados, nos encontramos con la sorpresa y la alegría de que los rivales tampoco suman de tres. Espero que nuestra racha floja haya terminado y volvamos a enlazar victorias. Hubiera firmado esta situación hace 7 u 8 meses. Esta semana hemos reseteado y hay que dejar atrás lo que pasó. El equipo siempre ha reaccionado ante derrotas que han dolido y es lo que espero ahora. Lo seguimos teniendo en nuestra mano».
La entrenadora blanquiazul ve normal que los equipos de la zona alta se dejen puntos: «Seguramente sea un tema emocional. Cuando los de abajo se juegan cosas, esa superioridad del principio se iguala. Cuando juegas un partido sabiendo que cada vez tienes menos margen… los nervios juegan malas pasadas. Todos se están jugando cosas y son los pequeños matices los que decantan los resultados. También esa fortaleza mental de ponerte arriba y no fallar. Se necesita experiencia y entereza para mantener la situación sin que te sugestione».
La urgencia, el peligro del Córdoba
Ferreras cree que es momento de fijarse en lo que debe hacer el propio Dépor Abanca y avisa del peligro de un Córdoba con muchas urgencias: «Si tuviera que decir lo que caracteriza al rival es su contexto y su situación. Se juega el descenso y cuando encuentras a un rival de este tipo sabes que es difícil. Se lo juega todo y cada vez le queda menos tiempo. Tiene que sumar de tres y eso lo convierte en un equipo muy peligroso».