En la mañana de este jueves, el Deportivo anunciaba que José Luis Martí no continuaría como entrenador blanquiazul. De este modo, el balear deja su puesto tras una estancia en el banquillo de Riazor tan efímera como intensa.
Martí ha sido técnico del Deportivo durante poco más de dos meses. El ex del Tenerife aterrizaba en A Coruña a principios de abril, sustituyendo a un Natxo González que no supo mantener el nivel del equipo tras el parón invernal. El inicio no fue fácil para el nuevo míster, que en sus dos primeros partidos vería como el Dépor caía en el campo de un Osasuna intratable y también en Riazor ante un Extremadura teóricamente inferior.
Precisamente, el ambiente vivido tras la dura derrota contra los de Almendralejo propició la renuncia de Tino Fernández y su Consejo. Justo entonces, con las diferentes campañas electorales en marcha y parte de la atención centrada en temas ajenos a lo meramente futbolístico, despegó el Deportivo de José Luis Martí. Los blanquiazules sellaron con sendas victorias las visitas a Numancia y Zaragoza, manteniéndose así en la pelea por el ascenso.
En el final de la temporada regular, el equipo pareció ir siempre a trompicones, pero recuperó la seguridad defensiva que había mostrado al principio del curso. El empate contra el Cádiz en Riazor y la dolorosa derrota contra el Lugo parecían poner contra las cuerdas al equipo de Martí. Pero la agónica victoria frente al Mallorca en la penúltima jornada supuso un impulso para la comunión entre jugadores e hinchada.
En la siguiente jornada, el Deportivo no pasó del empate contra el Elche pero la derrota del Cádiz ante el Extremadura de Manuel hacía que los blanquiazules se colocasen sextos y dependiesen de sí mismos para clasificarse para el play-off. Algo que certificaron doblegando por 2-0 a un Córdoba ya descendido en Riazor. El Dépor llegaba con una buena inercia a las eliminatorias por el ascenso.
El playoff, una montaña rusa para Martí
Llegaba así el playoff y en el primer duelo Martí demostró sus mejores dotes como entrenador, haciendo prácticamente el mejor partido con él al mando. Ante un Málaga que parecía decidido a llevarse el encuentro y encarrilar la eliminatoria, el técnico supo dar la vuelta al partido y su equipo remontó. En la vuelta, apostó por un planteamiento defensivo, que acompañado de algo de suerte con dos tiros a los palos de Ontiveros, metían al Dépor en la final.
La ida contra contra el Mallorca fue de nuevo una demostración de la mejor versión del equipo, que no concedió un solo tiro a puerta y llegaba con cierta fluidez al área rival. Aunque en su debe, no haber buscado una ventaja mayor ante un Mallorca en inferioridad. Así, Martí trató de repetir en Son Moix el planteamiento que le había funcionado en La Rosaleda, pero se estrelló estrepitosamente. Vicente Moreno ganó claramente la partida y el balear no supo reconducir la situación con sustituciones ni cambios tácticos.
La dura derrota en Mallorca dejó de este modo al Deportivo sin ascenso y abre un nuevo proceso de búsqueda de entrenador. El sucesor de Jose Luis Martí se convertirá en el sexto míster blanquiazul en los últimos dos años y medio.