Segunda derrota consecutiva del Dépor. En un partido donde volvió a generar ocasiones como para llevarse los 3 puntos, el equipo de Borja Jiménez perdonó y cayó frente a la SD Logroñés (1-0). Ponemos el foco en varios aspectos concretos del partido.
Centrocampismo y Quiles como única referencia
De entrada, Borja Jiménez hizo varios cambios en la alineación. Con 3 partidos en 7 días, el técnico abulense optó por devolver a Héctor Hernández, Villares y Quiles al once, en detrimento de Aguirre, Noel y Miku. Pero no fue la única novedad, el Dépor también modificó su dibujo. Y, por primera vez en lo que va de temporada, Quiles partió como único delantero.
Una primera mitad valiente
Borja Jiménez tenía un plan: ahogar la salida de balón de la SD Logroñés. Si en algo destaca el equipo de Raúl Llona es en su buen trato de pelota, y Borja quería impedir que progresasen. Por las piezas elegidas (muchos centrocampistas en el once), por el posicionamiento avanzado y por la intención, el Dépor fue capaz de robar alto. Ahí estuvo una de las claves del primer tiempo. El equipo coruñés recuperó muchos balones en campo rival. Con Quiles, con Villares, con Álex Bergantiños… E incluso en alguno anticipación de Jaime.
La falta de acierto
Esos robos altos del Dépor derivaron, a nivel ofensivo, en ocasiones claras para los de Borja Jiménez. Y, a nivel defensivo, en mucho control; la SD Logroñés solo inquietó a Mackay con un disparo cruzado de Sandoval (21’) y, justo antes del descanso, en un par de transiciones dirigidas por el propio extremo asturiano. Nada más. Esas fueron las escasas llegadas del equipo local en un primer tiempo que estuvo marcado por la falta de acierto del Dépor.
Mario Soriano (14’) se encontró con el palo tras una buena acción de William de Camargo, Juergen (17’) disparó desviado en la frontal del área, Trilli golpeó al poste (32’) tras una internada por banda y Vidal detuvo un cabezazo de Lapeña a la salida de un córner (35’). Por volumen y claridad, el equipo blanquiazul debió llegar con ventaja al descanso, pero falló en la definición. Solo así se explica ese 0-0. Aunque el segundo tiempo ya no fue de tanto dominio, el Dépor volvió a generar ocasiones claras. Miku tuvo hasta tres: un cabezazo a la salida de un córner (73’), la chilena en el punto de penalti (81’) y el remate, nuevamente con la cabeza, en la última jugada (95’).
El error en el 1-0
El gol de la SD Logroñés llegó a balón parado, a la salida de un córner, con Mario Soberón rematando libre de marca. ¿Cómo lo explicó Borja Jiménez? Así: “Nosotros llevamos cinco marcas al hombre, dos jugadores en zona, normalmente son los centrales. Ellos entraron con 6, no hemos corregido desde fuera y ha rematado solo. Podíamos haberlo solucionado desde la zona, o con las soluciones que tiene el equipo. Eso sí que lo podemos mejorar”.
Porque Mario Soberón apareció a la espalda de Jaime Sánchez y Lapeña -que marcaban en zona- y al lado de Miku -que estaba emparejado con Cubero-. Dentro del área pequeña, el delantero cabeceó a placer, sin nadie que impediese su gol. Nadie había ajustado un detalle que tuvo su origen en el doble cambio de la SD Logroñés, justo en la jugada anterior, y con Soberón recién ingresado en el campo.
Una idea y un camino
A lo largo de una temporada en Primera RFEF hay 38 jornadas, tiempo más que suficiente para encadenar rachas positivas y negativas de resultados. La semana pasada, en la rueda de prensa posterior al Deportivo-Real Unión, Borja Jiménez dejaba una frase: “Cuando tengamos que perder, que sea así. Intentando ser superiores al rival, generando situaciones de gol”. Y esa es la verdadera fortaleza de este Dépor que, en medio de una dinámica de 2 resultados adversos, sigue en su camino, sin desviarse, fiel a su idea. A la larga eso vale mucho más, es lo que marca la diferencia. Porque mantener la calma cuando llegan turbulencias también forma parte del viaje. Miércoles, a por el Racing de Santander.