No han sido pocas las voces de preocupación que han salido del vestuario del Deportivo porque LaLiga se reanude a puerta cerrada. Primero por una cuestión de esencia, por entender que al fútbol sin aficionados le falta una parte fundamental y que habrá que adaptarse lo antes posible. Pero también por una cuestión competitiva, temiendo que, con las gradas vacías, Riazor pueda no ser tan determinante como lo estaba siendo con 25.000 gargantas animando. Esas sensaciones empiezan a corroborarse con datos, al menos en la Bundesliga, cuya primera lección que nos deja en su vuelta es que el factor campo, como tal, ha pasado a mejor vida.
Se han disputado un total de 22 encuentros en el campeonato alemán en las últimas semanas. El balance de victorias locales es de tres. Sólo tres. El ejemplo más claro se pudo ver este martes en el encuentro entre el Borussia Dortmund y el Bayern Munich. Ambos se jugaban el título de liga en el Signal Iduna Park y el conjunto local no pudo contar con el apoyo del ya mítico ‘muro amarillo’. Los de Munich se llevaron los tres puntos y dejaron prácticamente sentenciada la Bundesliga.
El Deportivo había recuperado la fortaleza de Riazor desde la llegada de Fernando Vázquez. Estaba invicto en este 2020 después de cinco encuentros en los que logró tres victorias y dos empates. Al conjunto blanquiazul le quedan seis partidos en casa para lograr la permanencia. Hacer que, a puerta cerrada, esto siga decantando las opciones a su favor, es el primer reto al que tendrán que hacer frente
Dos gallos de la categoría deben pasar por Riazor
Entre los equipos que deben pasar por Riazor, están dos de los gallos de la categoría como Rayo Vallecano y Huesca. Ambos conjuntos, recién descendidos, se mostraron muy superiores en la primera vuelta, por lo que en el vestuario deportivista habrá ganas de revancha como ya las había contra el Girona.