Los partidos entre Deportivo y Valencia son sinónimo de rivalidad. La hostilidad entre gallegos y valencianos se ha prolongado durante las últimas décadas y su punto de origen se remonta al 14 de mayo de 1994. Aquel día, el conjunto che se cruzó en el camino de un Dépor que aspiraba a proclamarse campeón de Liga, pero un penalti fallado por Miroslav Djukic lo impidió.
La venganza por aquella pena máxima llegó en 1995. Ese año, los herculinos vencieron al Valencia en la final de la Copa del Rey y lograron su primer título. Varias temporadas después, el conjunto blanquiazul volvía a levantar un trofeo delante de los valencianos. Fue en el verano de 2002, cuando el equipo dirigido por Javier Irureta derrotó a los de Rafa Benítez en la Supercopa de España.
Sin embargo, el del penalti no es el único recuerdo amargo para el deportivismo con el Valencia como protagonista. El 21 de mayo de 2011, el Deportivo confirmaba su descenso a Segunda División en la última jornada con los che como rivales tras perder 0-2 en Riazor.
Ahora, con ambos equipos venidos a menos en lo que a aspiraciones deportivas se refiere parece que la rivalidad ha pasado del césped a los despachos. Para entender el malestar del Valencia con el Deportivo es necesario un nombre inicial: Pedro Mosquera. El mediocentro coruñés fue uno de los grandes objetivos che durante el mercado de invierno la pasada temporada.
El equipo de la capital del Turia se lanzó a por el canterano madridista, quien firmó una gran primera vuelta a las órdenes de Víctor Sánchez del Amo. Por momentos, el fichaje del gallego parecía más que hecho, sin embargo, el ‘5’ del Dépor dio calabazas a los valencianos renovando hasta 2021 como blanquiazul.
Con el fichaje de Mosquera frustrado, la dirección deportiva valencianista puso sus ojos de nuevo en Riazor, esta vez en verano. Sidnei Rechel era el primero en la lista de futuribles para el centro de la zaga de Pako Ayestarán, pero la historia se repitió y el brasileño también dio largas a los de Mestalla. El central prefirió seguir en A Coruña y como sucedió con su compañero, también acordó su renovación como herculino.
Ambas operaciones no sentaron bien al director deportivo del Valencia por aquel entonces, Suso García Pitarch, quien volvió a perder su pulso personal con el Deportivo en una tercera ocasión. Fede Cartabia, que tenía contrato con los che, quiso regresar a A Coruña en verano, pero el directivo valencianista lo impidió por rencor a las anteriores operaciones como acabó revelando el argentino en una entrevista con la Cadena Ser. Finalmente, tuvo que dar su brazo a torcer y el centrocampista pudo firmar como herculino durante el pasado mercado invernal. El domingo, ambos equipos volverán a verse las caras en un choque que ya se ha convertido en un clásico de La Liga.