El Fabril acumula cinco victorias consecutivas, un hecho que, sumado al potencial que ya de por sí atesora su plantilla, ha elevado las expectativas del curso. Pese a ser un equipo recién ascendido, el segundo equipo deportivista se ha adaptado rápidamente a la categoría de bronce. A la calidad de Pinchi o Borja Galán y a la profundidad de Blas Alonso, se han sumado otros elementos no menos importantes. Repasamos algunas de las claves de este buen arranque:
Cristóbal Parralo
Empezó el curso pasado con muchísimas dudas. La falta de resultados en las primeras jornadas hicieron titubear el proyecto del filial, que tampoco convencía en el campo. Aquellos meses (septiembre-octubre), casualmente, coincidieron con la ausencia de un hombre clave del que hablaremos luego: Edu Expósito. El equipo tardó en adaptarse a la forma de trabajar de Cristóbal, pero cuando lo hizo, llegaron los frutos. El filial campeonó en Tercera División y, en el play-off, consiguió el ascenso a las primeras de cambio. Desde el club se apostó por él para que siguiese dirigiendo al equipo en su nueva aventura en Segunda B.

Fichajes contrastados
Desde la dirección deportiva tenían clara la fórmula a seguir para este curso: una combinación de futbolistas jóvenes con otros más experimentados. Un binomio pensado para no pasar apuros, tras seis años en Tercera. Con esa premisa aterrizaron en A Coruña los mallorquines One y Raúl González (Mallorca B), los vascos Martín Bengoa (Bilbao Athletic) y Gaizka Martínez (Sestao River), los gallegos Uxío (Cerceda) y Romay (Boiro), el salmantino Diego Caballo (Valencia Mestalla), el cacereño Luismi Redondo (Valencia Juvenil A) y el canterano Bicho, cedido en el Racing de Ferrol el curso pasado. A ellos se sumaron a última hora Luis Fernández (UCAM Murcia) e Ismael Díaz (Porto B). El delantero de Burela, partícipe en el último ascenso del primer equipo y lastrado por las lesiones, volvió a casa para relanzarse. Por su parte, el atacante panameño, que hizo su debut en el día de ayer, llegó desde la Segunda portuguesa.
Con las incorporaciones de One y Uxío, indiscutibles desde que arrancó la liga, el Fabril ha ganado, entre otras cosas, mucho poderío aéreo. Además, en el habitual 4-2-3-1, el delantero lucense se ha convertido en la referencia ofensiva. Con un juego de espaldas fantástico, da Pena da sentido a todos los balones que le llegan. En un papel un tanto similar al del pívot de fútbol sala, aprovecha su envergadura para proteger el balón y descargarlo a las bandas o a la posición del mediapunta. Un mediapunta que en las últimas jornadas, y motivado también por la lesión de Bicho, ocupa Romay. El futbolista de Malpica aporta la calma y la templanza al Fabril con su veteranía y su calidad. Sus acciones entre líneas son un lujo para cualquier filial.
Edu Expósito
Si uno repasa la plantilla, varios son los nombres que llaman la atención y generan esperanzas de futuro. Sin embargo, hay uno que últimamente destaca por encima de todos: Edu Expósito. El centrocampista catalán, que ya se entrena diariamente con el primer equipo e hizo su bautismo en Primera, está protagonizando un inicio de liga espectacular. Debutante, como muchos de sus compañeros, en la liga de bronce, llama la atención lo rápido que le ha cogido la medida a la categoría. En Tercera demostró que ese escalón se le quedaba pequeño y, en apenas ocho jornadas, va por el mismo camino con la Segunda B. Tiene el don de simplificar el juego y visualiza lo que va a pasar algunos segundos antes que sus rivales. Cualquier calificativo a su fútbol o ilusión en lo que puede llegar a ser, son justificados. A su lado, Álvaro Queijeiro y, en otras ocasiones Carlos López, también están realizando un trabajo encomiable.
Continuidad del esqueleto
Si uno repasa los nombres del último partido oficial del Fabril 2016/17, pocas son las variaciones con respecto al once que alineó Parralo, por ejemplo, en El Toralín. Álex Cobo, Blas, Edu Expósito, Carlos López, Óscar Pinchi y Borja Galán (6) se mantienen en una alineación que ya estaban ante el Cacereño. También Quique Fornos estaba siendo un habitual hasta que se lesionó.
Modificaciones de nombres aparte, lo que no varía en el Fabril es el dibujo. Sobrevive el ya citado 4-2-3-1, con mucha presencia en campo rival y con la libertad típica de los filiales para sus hombres creativos. Una mezcla que combina con la idea de querer el balón y practicar un fútbol alegre y atractivo para el espectador. No es casualidad que cada fin de semana El Mundo del Fútbol presente esas entradas.
Fiabilidad defensiva
Como tampoco es casualidad que, en ocho jornadas de liga, el Fabril tan solo haya encajado cuatro goles. El filial se está mostrando muy serio en tareas defensivas. Unas tareas defensivas donde este año se ha destapado uno de los recién llegados: One. El central mallorquín, de origen camerunés, lo ha jugado todo, y es un seguro en la zaga deportivista. Pegajoso en la marca, va muy bien al corte. Con él, el Fabril ha sumado una pieza importante en el juego aéreo. A balón parado, una de las facetas donde más sufría el equipo a principios de la temporada pasada, el filial ha ganado presencia.
En la portería las sensaciones son doblemente buenas. Parralo hace rotaciones: Álex Cobo alterna con Francis Uzoho. El espigado portero nigeriano, una de las perlas de la cantera, se ha ganado a pulso su presencia en el “B”. Tanto él como Cobo, que vive su segunda temporada en A Coruña, son un seguro atrás y ya alternan convocatorias con el primer equipo. Ambos atraviesan un momento de forma magnífico.
Goles repartidos
De los 12 tantos que ha marcado el Fabril, uno ha sido en propia del rival y los otros once han tenido hasta seis goleadores distintos. Uxío con cuatro dianas es el máximo anotador, le siguen Romay, Borja Galán y Pinchi con dos. Otros como Edu Expósito y Diego Caballo, habituales en posiciones más retrasadas, ya se han estrenado también. En el curso pasado, Óscar Pinchi y Borja Domingo monopolizaron los registros, anotando entre los dos más del 50% de los goles de su equipo.
Plantilla amplia
22 son los jugadores que tienen ficha federativa con el Fabril a día de hoy. Un hecho que, si bien es cierto que a estas alturas de temporada no resulta tan clave, sí lo es en meses más decisivos donde las plantillas cortas empiezan a quedarse justas de efectivos; bien sea por sobrecarga de partidos, por lesiones o por sanciones.
Observando las piezas de las que dispone Cristóbal, se vislumbran diferentes alternativas por posición. Así, futbolistas diferenciales en la categoría como Bicho u Luis Fernández continúan aquejados por sus respectivas dolencias, y en cuanto vuelvan, serán dos candidatos más que firmes a entrar en las alineaciones. Tampoco un contrastado Martín Bengoa, titular en las tres primeras fechas, está gozando de demasiados minutos últimamente. Ni Ismael Díaz, debutante en el día de ayer, y excepción por encontrarse aún en pleno proceso de adaptación debido a su tardía llegada. Otros como Luismi o Jardel también esperan su momento.
Como curiosidad y contradicción de esta amplitud, en la tarde de ayer, y por lesión de Quique Fornos y sanción de Blas, se vivió una situación de emergencia en el lateral derecho. Sin más efectivos disponibles en defensa que los otros tres que actuaron en el resto de posiciones de la zaga, el capitán Álvaro Queijeiro, habitual del mediocampo, fue empleado como parche en la primera parte. En la segunda, Parralo movió al capitán a su posición natural, y dio entrada en el lateral al extremo del Juvenil A y debutante, Jorge Valín (2000).
¿Hasta dónde puede llegar este Fabril?
Con treinta jornadas por disputarse aún, y en una categoría como la Segunda B, resulta difícil predecir cómo quedará la clasificación. Mantener este ritmo pasa porque el Fabril siga conservando su fiabilidad defensiva. Se antoja de vital importancia. Por la pólvora que tienen en ataque, parece difícil de imaginar un partido en el que los de Cristóbal no vayan gozar de, al menos, una oportunidad para ver puerta.
De estas ocho jornadas, cabe resaltar también favorablemente el hecho de que el filial ya se ha medido y ha derrotado a equipos potentes como el Fuenlabrada, la Ponferradina o el Real Madrid Castilla, poseedores de algunas de las mejores plantillas del grupo. Más adelante esperan los Celta B, Pontevedra o Toledo. Con tantos candidatos para tan solo cuatro plazas del play-off, el reformado grupo 1 no da tregua a los despistados. Veremos dónde reside el techo de este Fabril.