Luisinho Correia, uno de los fijos en el once titular del Deportivo desde la llegada al banquillo de Pepe Mel y también uno de los miembros con más anitgüedad en el vestuario, se pasó esta mañana por la sala de prensa de El Mundo del Fútbol de Abegondo y coincidió con varios de sus compañeros en afirmar que el grupo está «frustrado». «Sabíamos que era un partido con el que podíamos garantizar la salvación, estamos un poco tristes de no poder asegurarla y dar esa alegría a la afición pero seguimos peleando, estamos más cerca, falta un punto y tenemos el partido ante el Espanyol. Sabíamos que era difícil, que Osasuna no se jugaba nada pero que iba a entrar fuerte. El primer gol a los cuatro minutos… hicimos lo mas difícil, remontar, el equipo peleó hasta el final», explicó.
Ante las críticas recibidas en las últimas semanas, el luso quiso defender a sus compañeros, de los que no duda porque «lo dan todo en el campo». «Es un poco de todo cuando estás en la etapa final de la Liga y cerca del objetivo, esas cosas se acumulan, fuera de casa no damos una buena imagen y hay que remediarlo. Ahora nos falta un punto, una victoria para conseguir el objetivo, el equipo no ha entrado bien pero estamos por delante, tenemos ocho puntos, no nos podemos relajar pero dependemos de nosotros», comentó.
En cuanto a su situación personal, declaró sentirse «bien» ya que «la llegada de Mel demostró que tenía una gran confianza en mí y cuando sientes esa confianza te sale naturalmente». «En mis cuatro años aquí siempre quise ayudar al Deportivo y ahora en salvarse lo antes posible. Es bueno para todos», añadió antes de aseverar que está «muy identificado con la ciudad» y «encantado de estar aquí».
Por último, quiso centrar la atención en el próximo rival, un Espanyol que según será «un rival difícil» que «arriba tiene jugadores de calidad». «Tenemos que conseguir la salvación lo más rápido posible. Nos falta esa victoria para asegurar la permanencia y luego mirar al futuro, un verano para pensar», finalizó.