Los jugadores del Deportivo continúan acostumbrándose a los entrenamientos individualizados en Abegondo. Las medidas de seguridad son estrictas y no siempre es sencillo mantener las distancias para los jugadores ni, como bromea Montero, para el Fernando Vázquez: «Le cuesta un poco porque él es muy cercano e impulsivo. Que lo tengan que atar en corto, contenerlo, le cuesta un poco«.
El central, de todas formas, lleva bien todo el protocolo establecido: «Lo más raro es no entrar a los vestuarios y entrenar de forma individual. Pero es lo que manda Sanidad y LaLiga, son los que más van a mirar por nosotros. Si Sanidad dice que tenemos que estar así un tiempo, o lo que queda de temporada, no hay problema. Es por la salud de todos«.
En su caso, es menos partidario de las concentraciones que otros compañeros, «hemos estado dos meses encerrados y que nos encierren, entre comillas, concentrándonos otro mes y medio es un poco raro, demasiado tiempo…», y sobre todo lamenta el hecho de jugar a puerta cerrada: «Lo que peor se nos puede dar a nosotros es jugar sin público. Con la afición es como jugar con un punto más, con un jugador más y nos va a perjudicar«.
Montero y la distancia con su ‘hermano’ Mollejo
El confinamiento ha separado a una pareja de ‘hermanos’ como Montero y Mollejo durante varias semanas y el defensa: «Claro que lo he echado de menos. Llevamos desde pequeños juntos y no tener ese contacto lo acabas echando de menos. Ha estado muy bien su faceta de ‘DJ’. Te da un poco de alegría al estar encerrados, para tocar las palmas y que todo el mundo se alegre un poco«.