La Segunda B es una categoría llena de talentos ocultos. Jugadores que han dado un paso atrás para coger impulso en el fútbol profesional, veteranos con muchas horas de vuelo o jóvenes que están al borde de la explosión como futbolistas de élite. En Riazor.org queremos poner el foco en estos protagonistas que trabajan en la sombra tratando de llegar a lo más alto y por eso estrenamos nueva sección. En Ojo con… cada semana os traeremos un análisis en profundidad de uno de los jugadores más importantes del rival del Deportivo. En este caso, de Manu Justo, delantero del Celta B.
Para ello contamos con la colaboración de un profesional. Fiz Rodríguez, entrenador con licencia UEFA Pro y experiencia en Tercera División y Preferente, es actualmente analista de la SD Compostela en el cuerpo técnico de Yago Iglesias.
¿Quién es Manu Justo?
Manu Justo, (Vigo, 1996) vive su segunda temporada en el Celta B después explotar hace dos campañas con el Coruxo y pasar por el UCAM Murcia la primera mitad del curso pasado. Con 25 años recién cumplidos, no es el típico jugador de filial, pero el club celeste recurrió a un perfil como el suyo para darle experiencia y empaque a una plantilla muy joven en busca del ascenso.
Un delantero móvil en estado de gracia
Manu Justo es la gran amenaza de un Celta B que llega con diferentes bajas en ataque. Es un delantero con mucha movilidad, con capacidad para salir de zona, asociarse y darle continuidad al juego del equipo celeste. Entiende el juego e interpreta bien los espacios, sabiendo cuando hacer daño con sus desmarques de ruptura. A pesar de no tener demasiada envergadura, va bien de cabeza y es un buen finalizador en el área. Es el máximo realizador del filial olívico y llega enrachado tras marcarle dos tantos al Compostela.
Manu Justo, el toque diferente entre los arietes del Celta B
Onésimo ha apostado durante toda la temporada por un 4-4-2. Pero dentro de ese sistema favorito para el técnico, sí que ha rotado continuamente a sus cuatro puntas. Tanto Josipovic como Soni, que son baja, como también Lautaro, responden a un perfil de ariete clásico que complementa a la perfección Manu Justo. Es el que más características tiene de enganche o segundo punta, y también el que tiene más libertad de movimientos en la delantera.
Más allá de lo que aporta al juego entre líneas del filial, uno de sus puntos fuertes está en las transiciones ofensivas. El Celta B es un equipo muy dinámico y peligroso a las contras, como ya demostró en el partido de Riazor. Y ahí Justo se desenvuelve a la perfección, tanto en conducciones como también atacando los espacios a la espalda de la defensa.
Por su posición en el campo y también por su perfil, es una pieza clave en la transición defensiva. Onésimo le pide a sus jugadores mucha agresividad en la primera presión tras pérdida y el vigués aporta mucho trabajo e inteligencia para entorpecer siempre la salida del balón del rival.