El Deportivo ha completado un buen arranque de temporada y eso empieza a verse en las declaraciones de los jugadores, más convencidos en cuanto a las posibilidades del equipo. Sin lanzar las campanas al vuelo, uno como Pablo Marí no tiene problema en reconocer que esta progresión les llevaría al objetivo: «Queda mucho para hablar de eso, esto es muy largo. Vendrán momentos malos y tendremos que hacer que sean cortos. Pero si te basas en números, que es lo que hay, los nuestros son de ascenso directo. Hay que pelearlo y ganárselo».
Es precisamente el alto ritmo de los primeros clasificados lo que hace cundir el pánico entre algunos rivales como Las Palmas, que destituyó a Manolo Jiménez tras el empate en casa con el Granada: «Al fin de cuentas si las cosas no van como uno espera se toman decisiones. Se pueden tomar antes o después, pero los nervios aparecen y no están tranquilos… aquí de momento nos estamos ganando estarlo, pero no relajados. Hay que ir con la conciencia tranquila y saber que estamos haciendo las cosas bien».
Marí es uno de los pilares de la defensa, que además de hacer bien su trabajo, también colabora en el área contraria con su presencia y la de Domingos: «Sabemos que estamos acertados en el balón parado, tanto los centrales como el resto. Se están destapando partidos que se podían trabar y nos da muchas alegrías«. Pero la fortaleza del Dépor en la estrategia también está atrás, con una peculiar forma de defender de la que ya nadie duda: «Lo hablamos siempre que alguien sube a sala de prensa, es muy difícil que nos hagan un gol así. Por la manera de defender y también por las ganas que le metemos creyendo en esa manera«.
El valenciano espera un encuentro complicado en Almería: «Los rivales suelen cambiar su forma de jugar, pero creo que el Almería será fiel a su estilo y su fútbol. Serán agresivos, disputarán la pelota y no nos lo pondrán fácil. Será un partido bonito». Espera, eso sí, que se dejen a un lado las polémicas arbitrales fuera de casa: «Lo que hemos hablado es de tener calma y olvidarse del árbitro. Él decide y no hay nada que hacer».