La portería del Dépor Abanca siempre ha sido una “patata caliente”. Bajo los tres palos de Abegondo han pasado muchas porteras en los últimos años, con alternancia y protagonismo para unas o para otras en función del momento de la temporada.
En los ocho partidos de este curso, las dos guardametas del primer equipo han compartido la responsabilidad de la meta. Lucía Alba ha disputado 4 partidos de liga y Yohana Gómez se ha repartido entre liga (2) y Copa (2). De momento, la primera todavía no ha concedido ningún gol, mientras que la segunda ha encajado los 5 que lleva el equipo en contra (1-1 contra el Oviedo y 4-0 contra el Cacereño). En Copa, Yohana solo fue superada en la tanda de penaltis de la segunda ronda contra el Fundación CD Tenerife.
Pero lo cierto es que este reparto de minutos bajo palos no es ninguna novedad en la Ciudad Deportiva de Abegondo. De hecho, lo poco habitual es que las porteras blanquiazules no se alternen.
En la 2018/19, el año del ascenso, hasta 4 guardametas formaban parte del primer equipo del Dépor: Anita, Malena Mieres, Patricia Curbelo y María Miralles. Malena, que en la temporada anterior había sido indiscutible, empezó el curso como candidata al puesto tras ganar la Eurocopa sub 19 con España, pero una lesión al poco de comenzar la relegó a un segundo plano. Miralles, que en principio contaba para el filial, aprovechó la oportunidad y ni siquiera la llegada de Curbelo a mitad de curso bastó para destronarla. Los minutos se repartieron, fundamentalmente, entre la castellonense y la canaria, pero en los partidos importantes fue la primera quien se colocó bajo los palos.
Miralles se convirtió así en la portera del ascenso y la menos goleada de la historia del club, con un coeficiente de 0,41 goles por partido ese mismo curso. Esa temporada, el Deportivo presentó unos números de escándalo: 150 goles a favor y sólo 13 en contra.
El año siguiente, el del debut en primera, la línea fue similar. Se fueron Malena, Anita y Curbelo, Miralles volvió (incomprensiblemente) al filial y aterrizaron en A Coruña una Esther Sullastres con ganas de reecontrarse a sí misma y una Misa Rodríguez que quería demostrar su talento. Su balance de partidos también fue igualado: la catalana disputó 11 encuentros (9 de liga y 2 de Copa, entre ellos, el de la épica del Johan Cruyff contra el Barça) y la canaria 12 (todos de liga). Entre las dos encajaron 38 goles, en una temporada para el recuerdo.
El segundo año en la élite, la balanza se decantó. Misa cogió las maletas rumbo a Madrid y en su lugar llegó Noe Bermúdez, que no pudo con Sullastres. El recuerdo de la temporada anterior, las buenas actuaciones de la catalana y los errores de la propia Bermúdez terminaron por inclinar la portería hacia el bando de ‘Sulli’. 25 partidos contra 9. 81 goles en contra en un curso que terminó en descenso.
Y con el descenso llegaron las despedidas y la renovación del arco. Sullastres y Bermúdez dieron paso a Ana Valles y María Sampalo. En pretemporada, se rotaron. De hecho Sampalo dió la sensación de empezar mejor. Pero una lesión la apartó del césped y Valles se aferró al puesto, ganándose la titularidad. La asturiana disputó 24 encuentros (encajando solo 17 goles y terminando como portera menos goleada del campeonato), mientras que la gaditana solo disputó 5.
Todavía es pronto para adivinar qué camino escogerá Irene Ferreras para la portería de su Deportivo. Los antecedentes y lo visto hasta el momento de la entrenadora madrileña, invitan a pensar que volveremos a ver movimiento bajo el arco. Yohana y Lucía trabajan para ponérselo difícil, pero le toque a quien le toque, se sienten preparadas para compartir la responsabilidad.