Quique Setién es un entrenador peculiar, de esos que no negocian su idea del fútbol. A su juego alegre, sin miedo a tener la pelota, se debe en gran parte la actual situación del Lugo, asentado ahora cómodamente en Segunda División y con visos de luchar este año por el ascenso, así como la clara mejoría de Las Palmas desde hace cuatro jornadas. Su forma de ser delante de los micrófonos también es un evidente signo de su identidad. Le gusta hablar claro y directo, sin pelos en la lengua. Quizás por esto, no es la primera vez que sus palabras meten a Quique en algún que otro “embrollo”.
Ya las tuvo con Fernando Vázquez hace dos temporadas, cuando criticó públicamente las decisiones técnicas tomadas por el gallego en un partido que Lugo y Deportivo acabarían empatando a doses. No obstante, el entonces entrenador blanquiazul tampoco se cortaría a la hora de responder al técnico rival días después.
Por otra parte, la actual incorporación de Setién vino marcada por unas polémicas palabras pronunciadas tiempo atrás por él mismo. No gustó mucho en Canarias el que en 2014 Quique hubiera afirmado en radio que “no entrenaría a Las Palmas”.
Ahora, se las ha vuelto a ver con la hinchada deportivista. A parte de la afición tampoco le sentó demasiado bien la manera en que el entrenador describió este viernes el actual estilo de juego del equipo herculino. “Contra el Deportivo tendremos nosotros mayoritariamente el balón. El Dépor no es un equipo que tenga mucho el balón, ni que combine. Todo lo contrario a nosotros”, señalaba el cántabro, en rueda de prensa.
Eso sí, no dudó en elogiar la verticalidad de los gallegos, un equipo que para Quique “se desmarca bien y aprieta mucho”, con jugadores peligrosos arriba “como Lucas y Oriol”.
Si algo identifica a este Dépor es el poder mostrar diferentes caras según el rival, incluso dentro del mismo partido. Las palabras del técnico amarillo parecen describir situaciones como la primera parte ante el Atlético, pero no reflejan lo vivido en partidos como el del pasado sábado, en el que los herculinos le disputaron la posesión a un Celta acostumbrado a llevar siempre las riendas del juego, la segunda parte contra el Atlético, también la segunda mitad ante el Athletic Club y por no hablar de los partidos de comienzos de temporada.