El Deportivo afronta este domingo ante el UD Sanse una nueva batalla en césped artificial. Será la última esta temporada, lo que sin duda es un alivio para el equipo blanquiazul. Sacarse esta superficie de encima para lo que resta de liga es un punto a favor, por más que el último encuentro en sintético cayera del lado deportivista en la visita al DUX.
Borja Jiménez ya prepara a los suyos para el duelo en el Nuevo Matapiñonera, donde precisamente espera repetir una actuación similar a la del Municipal de Villaviciosa. Después de volver a la senda del triunfo contra el Calahorra, el Dépor busca retomar también los buenos resultados a domicilio y completar con saldo positivo sus salidas a hierba artificial. De momento el balance es de una derrota (en el Reina Sofía de Salamanca), y el citado triunfo contra los de Alfredo Santaelena.
Matapiñonera, un fortín que viene de una grieta histórica
Muchas veces cayendo en el tópico, pero es habitual identificar este tipo de campos como grandes bazas para los equipos que juegan como local. En este caso, las actuaciones del UD Sanse respaldan la lógica, ya que el cuadro madrileño está cimentando en casa su meritoria temporada en la que roza el playoff.
En lo que va de curso ha disputado 12 encuentros, logrando la victoria en 8 de ellos. Ha empatado dos partidos y únicamente ha sufrido dos derrotas. Una frente al mejor visitante, el Real Unión de Irún, y la otra, más dolorosa, hace poco más de un mes. Una grieta histórica en ese fortín de Matapiñonera con el 0-7 que le endosó el Celta B en el último encuentro de la primera vuelta.
El equipo de Marcos Jiménez llega en buen momento a su duelo con el Deportivo. Es ahora mismo uno de los equipos más en forma del grupo después de haber sumado tres victorias consecutivas, la última en Zamora por 0-3.