Ante el Elche, más allá de lo abultado del resultado, el Deportivo dejó muy buenas sensaciones. Poco a poco, se van acomodando las piezas, y los de Natxo González siguen creciendo a través de la posesión de balón. Con esa idea clara desde el primer momento, y con un esquema muy definido, como el 4-4-2 en rombo, pronto comenzaron a destacar dos nombres: Vicente Gómez y Quique González. Ausentes ante Málaga y Elche, respectivamente, podrían regresar al once en El Arcángel.
Cuando las partes del puzle aún no congeniaban tan bien, tanto Quique como Vicente se caracterizaban por aparecer, jornada tras jornada, dentro de los más destacados del equipo. En el caso del canario, por su perfil creativo dentro del rombo. Siempre situado, de inicio, en el vértice izquierdo, el ex de la Unión Deportiva Las Palmas se había hecho con un puesto en el once desde la segunda jornada, en Almendralejo. Solo la inoportuna lesión muscular pudo romper su continuidad e impedir su presencia ante el Málaga.
Igual le sucedió a Quique. Su salida del equipo llegó por causa de fuerza mayor: la rigurosa expulsión ante el Málaga. Una acción que quedará en la retina del deportivismo por la peculiaridad de la misma. En el momento de la sanción, el delantero vallisoletano, que ya había estado de baja ante Sporting y Alcorcón, acumulaba seis goles en otros tantos partidos.
Esta semana, ante el Córdoba, los dos futbolistas tienen muchas papeletas regresar al once. En el caso de Vicente ya entró en la convocatoria ante el Elche, pero no dispuso de minutos.
Más efectivos
Sus ausencias significaron oportunidades para otros. Como Edu Expósito, que en la última jornada completó una magnífica actuación. Tanto, que hasta Natxo González se refirió a él en la rueda de prensa posterior. También hubo protagonismo para Carlos Fernández. Con la ausencia de su compañero en la dupla, el futbolista cedido por el Sevilla se destapó como goleador.