El Deportivo logró maquillar un horrible 2018 con su primera vuelta de este curso en Segunda, aunque lo cerrará con el sabor amargo de la derrota en el Carranza. En el horizonte, el objetivo de resarcirse el próximo domingo en el derbi contra el Lugo, sabiendo además que los precedentes están de su lado. Porque al conjunto blanquiazul suelen sentarle bien los estrenos de año, al menos en este siglo XXI, en el que sólo ha sufrido cuatro derrotas en los primeros partidos ligueros después de las campanadas.
Y eso que la racha vigente no es la más ilusionante, con dos empates visitando a Villarreal y Espanyol y una derrota, precisamente contra los amarillos, para abrir 2018, 2017 y 2016. Pero si miramos al panorama general, el balance es claro: 18 años, 9 victorias.
Algunos de estos triunfos llegaron además en situaciones de necesidad, como el del equipo de Víctor Fernández en 2015 ante el Athletic (1-0 con gol de Cavaleiro), o el de un recién aterrizado Domingos Paciencia frente al Málaga. El técnico portugués acababa de coger el relevo de Oltra e ilusionó a la grada con un partido serio y tres puntos gracias a un gol de Pizzi. Apenas tuvo continuidad y el entrenador luso acabó saliendo por la puerta de atrás semanas después.
Las dos últimas temporadas en la categoría de plata también se rigen por este patrón positivo, con un triunfo ante el Xerez (2-1 en 2012) y un empate a cero en Jaén (2014). Y es que para encontrar dos derrotas cercanas en el tiempo hay que irse al inicio de este periodo, única ocasión en la que los blanquiazules encadenaron resultados negativos en años consecutivos. Además con el mismo marcador: Valladolid y Real Madrid dejaron carbón con sendos 3-1 en 2001 y 2002.
El equipo coruñés se vengó del conjunto blanco años después en la inauguración de 2007, aunque los mejores recuerdos en este tipo de encuentros llegaron algo antes. El azar quiso que el calendario regalase dos clásicos entre Deportivo y Celta para estrenar 2003 y 2004. Pocos aficionados pensaban que se pudiera pedir un regalo de Reyes más perfecto que la victoria en el primero, un 3-0 en Riazor, hasta que llegó el histórico 0-5 de Balaídos que enloqueció al deportivismo 365 días después.