El Deportivo regresó al trabajo para empezar a preparar el encuentro del próximo lunes (Riazor, 21:00 horas) ante el Girona. En una semana larga como esta, la principal prioridad del cuerpo técnico y los servicios médicos es recuperar a los jugadores tocados, aunque también evitar lesiones. Lucas Pérez, Mosquera y Schär, que arrastraban molestias la semana pasada, trabajaron con normalidad en la primera sesión, por lo que, en principio, no tendrán problemas para jugar el lunes.
También se incorporó al grupo Adrián, justo en el día que se cumplen cuatro semanas desde que sufriera una microrrotura en los isquiotibiales. El asturiano ha completado la recuperación con precaución y en un plazo ligeramente superior al habitual para este tipo de lesiones, pero es posible que también pueda jugar contra el conjunto catalán. Su evolución en los próximos entrenamientos marcará si recibe el alta médica a finales de semana.

Pero no todo iban a ser buenas noticias para Pepe Mel en lo que respecta a la salud de la plantilla. Andone y Çolak, dos de los titulares en el empate de Ipurua, no pudieron trabajar al cien por cien. El turco ni siquiera salió al césped aquejado de un esguince de tobillo, mientras que el delantero se retiró antes que sus compañeros por problemas musculares.
Todo hace indicar que ninguno de los dos tendrá problemas para estar a disposición del técnico para el próximo encuentro, por lo que ahora mismo el Dépor sólo cuenta con dos ausencias ya seguras para medirse al Girona. Carles Gil, al que todavía le quedan varias semanas de recuperación después de operarse de una pubalgia, y Rubén Martínez. El portero ya hace trabajo bajo palos y está cerca de reaparecer y complicar todavía más la situación en la meta blanquiazul tras la irrupción de Francis.