Juan Antonio Anquela está satisfecho con la primera semana de preparación: «En la pretemporada es todo perfecto, idílico para un entrenador. Todos están con ganas, con actitud positiva, y no hay resultados. No hemos jugado partidos, así que todo correcto. Cuando empiece el baile es cuando tendremos que valorar. Pero creo que vamos a estar muy preparados para cuando llegue el momento».
El técnico intenta que los jugadores asimilen cuanto antes su idea, cuyo desarrollo asegura que depende de los jugadores que tenga: «Me encanta jugar al fútbol, pero yo tengo un problema gordo y es que no vendo historias. Lo que más me gusta es ganar y se puede llegar a eso por muchos caminos. El fútbol es como la vida, pone a cada uno en su sitio. Me gustan los equipos de fútbol, que sepan jugar, que sepan lo que hay que hacer con el balón. En unos sitios lo he conseguido, en otros, no. Mis equipos han tenido unas señas de identidad que a veces se han confundido. Se decían unas cosas y luego mirabas los números y decían lo contrario».
Ve bien a las nuevas incorporaciones y también se le preguntó por la continuidad de Pedro Mosquera: «Son cosas que no dependen de mí. Yo lo veo bien, integrado y con ganas. Me gustaría contar siempre con los mejores y el currículum de Pedro está ahí. Pero la cosa es que pueda ser factible. Lo único que tengo que hacer es empujarle para que trabaje y luego será lo que tenga que ser».
Reconoce el entrenador blanquiazul que lo único que le preocupa es la incertidumbre en lo que se refiere a la confección de la plantilla: «Todavía hay gente que no sabe si se va o se queda. Tenemos un problema, la Liga empieza y no se cierra el mercado. Hasta el último día estamos que no sabes lo que va a pasar. Esos 15 días son horrorosos. Pero esos puntos ya no vuelven y hay que estar atento a lo que interesa. Ahora mismo si nos quedásemos con todos los que hay, el equipo estaría perfectamente compensado».
Sorprendido con los fabrilistas
Ante la falta de refuerzos en las posiciones con menos inquilinos, Anquela está fijándose en los jugadores del Fabril que están a sus órdenes. Asegura que algunos están cumpliendo con creces: «Los chavales que han subido tienen bastante nivel para lo que yo pido en los puestos que juegan. No me temblará el pulso a la hora de tirar de ellos. Pero en el fútbol no puedes hablar. Yo sé lo que voy a hacer esta tarde. Más allá ya no sé».