«Otra vez un equipo sin alma», la ausencia de líderes en ataque o las declaraciones de Víctor Fernández, entre otros temas de interés del análisis del encuentro entre Villarreal y Deportivo.
1. El domingo por la mañana me levanté de buen humor. No sé exactamente por qué, pero lo hice. Hasta que vi el partido del Dépor y me encontré con un equipo sin alma. Un conjunto al que parecía no importarloe ir perdiendo, dándole igual que un equipo de su misma categoría le estuviese haciendo dar vueltas como una marioneta. A la cabeza me vinieron recuerdos de Sevilla, del partido en el Sánchez Pizjuán, de aquel equipo que levantó tantas críticas a entrenador y jugadores, y que tanto desesperó a la afición. De aquel equipo indolente. Sin alma.
2. Me cuesta decirlo o al menos lo digo con la boca pequeña, pero echo de menos a un Culio. Y por no decir que echo de menos a Juan Emmanuel Culio. Echo en falta un líder en el Deportivo, un jugador que mande y que se atreva a decir que esto no vale, que no es suficiente para uno de los nueve equipos que han ganado una Liga. Que no vale para un equipo que ha estado cinco años consecutivos en Champions entre los mejores de Europa por mucho que las cosas se hayan complicado en los últimos tiempos. Que no vale perder así. Que no vale bajar los brazos. Que no vale cualquier cosa. Echo de menos algo así en este Deportivo. Echo de menos carácter.
3. Los únicos que han demostrado hasta el momento cierto liderazgo en el Deportivo lo han ofrecido en posiciones que son menos determinantes para crear daño al equipo rival, que al fin y al cabo es de lo que sobrevive el fútbol de cada equipo. Exacto, como equipo debes neutralizar al rival, pero también saber cómo hacerle daño. Y eso suele hacerse a través del balón. En el Dépor se están mostrando como líderes Fabricio y Sidnei, dos jugadores que se ocupan de no recibir goles y que no son imprescindibles en dirigir el tempo de un partido. Del centro del campo hacia delante, muy poquito.
4. En posiciones más avanzadas sí han dado rendimiento otros dos jugadores a lo largo de esta temporada, pero desgraciadamente ni uno ni otro fueron importantes en el partido del pasado domingo en El Madrigal. El polaco Wilk fue suplente por decisión técnica a pesar de haber sido uno de los mejores del Dépor en los últimos partidos y el portugués Luisinho estaba sancionado. Ellos dos, junto a Cavaleiro, han sido lo único rescatable de un Dépor muy poco valioso en las últimas fechas.
5. A todos nos sorprendió el once de Víctor Fernández ante el Villarreal. Los nombres eran prácticamente los mismos que contra el Elche, pero la disposición era muy diferente a la esperada. El técnico maño empezó con José Rodríguez como mediapunta, con Iván Cavaleiro a la derecha y Luis Fariña a la izquierda, quizá queriendo sorprender alejando al argentino de su área de influencia que es el centro del ataque. Fue poco entendible a priori y criticado en las redes sociales por los seguidores deportivistas. Poco después cambió, mandando a la banda al alicantino, que desapareció del juego ofensivo del equipo. Para los otros pareció tarde ese cambio de posición. Ya estaban fuera del partido.
6. Escuché la rueda de prensa de Víctor Fernández y verdaderamente me dio miedo. El de Zaragoza exculpó a su equipo de la derrota porque el Villarreal era «un rival muy poderoso que puede luchar incluso por la Liga de Campeones y que no iba a ser fácil conseguir los tres puntos». ¿Es ésa una excusa que le puede servir al técnico herculino para justificar derrotas ante Valencia, Sevilla, Athletic, Atlético, Real Sociedad, Málaga o Celta? Veo esto francamente peligroso.