Álex Bergantiños tiene claro que las urgencias del Deportivo son máximas, pero establece en el partido ante el Alcorcón un buen punto de partida para reaccionar: «Es frustrante porque se trata de una semana más sin ganar. Hay que encontrar el equilibrio entre esa frustración y la satisfacción de que, por primera vez, el equipo se sintió seguro y convencido de lo que estábamos haciendo. Esa seguridad, no sentirse frágiles. Es lo que sentí ante el Alcorcón y lo que la mayoría de compañeros sintieron. Que estábamos bien coordinados, que no éramos frágiles. Ese ha sido el gran lastre hasta ahora. Hay que mejorar mucho, matizar cosas y atacar mejor, pero esta es la base».
El capitán espera que la mejoría vaya elevando el nivel anímico del vestuario: «Está siendo un año difícil para todos. La situación en la que estamos se hace difícil de digerir porque estás en un club con expectativas elevadas. Nos quedamos a un gol del ascenso. Todos vienen aquí pensando que es un año para intentarlo otra vez y que este año sí. La afición también. Ahora te ves colista en la jornada 17 y es impactante, difícil de gestionar. Todos venían con la expectativa de brillar, hacer una gran temporada en el Dépor, en un escenario así y con una afición como esta. Pero cuando ves que los partidos te superan y te metes abajo se hace doblemente duro salir. Es contra lo que estamos luchando día a día».
La permanencia sigue estando cerca pese a la horrible racha blanquiazul, pero Álex tiene claro que las fronteras estarán como siempre al final de temporada: «No creo que vaya a estar más barato. Todos los partidos son muy complicados y todos suman poco, pero las cuentas son las de siempre. La salvación está en 48 o 50 puntos y no creo que eso cambie. Tenemos que ir saliendo poco a poco, porque si miramos esas cuentas, hay mucho camino que recorrer. La única manera es ir ganando, sumando, buscar ese punto de inflexión con una victoria. Es de las competiciones más igualadas del mundo y te da muchas oportunidades porque no hay nadie tan superior como para distanciarse por arriba ni hundirse por abajo».
La situación de Gaku Shibasaki y Beto da Silva
El coruñes analizó la situación de dos jugadores que están participando poco: «Gaku no está entrando, pero siempre entrena muy bien. Y a Beto lo pondría como ejemplo. Ha venido con una trayectoria difícil en su juventud. De otro país, de un fútbol diferente. Ha estado teniendo menos opciones de las que quizá merecía en algunos momentos, pero siempre entrenando con actitud ejemplar. La muestra es que Luis César ya lo ha nombrado varias veces y cada vez lo ve más preparado para competir al ritmo que requiere el fútbol español. Creo que nos va a dar buenos momentos, porque calidad tiene de sobra, eso lo vimos desde el primer día«.
La rivalidad con el Lugo
Bergantiños elogió el trabajo del Lugo año tras año, «es un ejemplo de cómo optimizar los recursos. Siempre con jugadores fiables, que conocen la categoría. Van haciendo retoques y siempre tienen una plantilla competitiva. Buen trato con el balón por sus jugadores del centro del campo y encajando poco«. Además, reconoce que los enfrentamientos de los últimos años están haciendo crecer la rivalidad: «Ojalá hubiera más enfrentamientos entre equipos gallegos en Primera y Segunda. Cuanto más se repiten estos partidos crece la intensidad, van cogiendo más atractivo y son más calientes. Tanto en la semana previa como después en el propio partido«.
Los jugadores, responsables de la tensión en el entorno
Quizá no tanto como jugador, pero sí como coruñés, Bergantiños es perfectamente consciente de la tensión social que hay en el entorno del Deportivo. Tanto él como sus compañeros asumen su parte de culpa: «Son momentos difíciles para todos. Si fuéramos en puestos de ascenso o estuviéramos en Primera todos estarían más contentos y no habría tantos comentarios de otras situaciones. Tanto a nivel económico, como de gestión o nombres. Al final es parte de este negocio. Lo principal en un club es su primer equipo y el plano deportivo. Son muchos años en este negocio y lo importante son los resultados. Si la cosa funciona deportivamente, lo demás va mejor. Por eso, los responsables de todo lo que se habla, de deudas, de épocas pasadas, somos los jugadores«.