Borja Valle regresó tras más de un mes en el dique seco por una lesión en el dedo de un pie y lo hizo a lo grande. El berciano marcó en su reaparición y asegura estar totalmente recuperado de un contratiempo que poca explicación tuvo por parte del Deportivo: «Fue difícil. Resultó que era una rotura en el dedo y no es nada fácil de llevar y convivir con ella. Fue en Tenerife, ya en la primera parte. Empecé a sentir dolor y aumentó a medida que pasaba el partido. No me impidió seguir e incluso marqué… queda como algo anecdótico. Ya está superado».
El punta ve a al equipo coruñés totalmente consolidado: «Estamos en la línea correcta, todos lo pensamos. Hacía tiempo que no se veía a un Dépor con identidad fija, con las ideas claras, estabilidad, hambre… y el mayor círculo que rodea todo eso es la humildad y el grupo. Todo el deportivismo quería esto, que las decisiones se tomen pensando en el bien del club. Desde el día que llegué esperaba que fuera así. Ha tenido que pasar en Segunda, pero todo lo que se está haciendo ahora es muy positivo».
Sin profundizar demasiado en lo ocurrido, insiste en que todo ha cambiado en el club blanquiazul: «Hubo tantas cosas que se pudieron mejorar que no me compete a mí valorarlas ni tomar decisiones. El grupo es diferente al que había, las personas, la idea y la forma de vivir es diferente. No digo que sea mejor, ni peor, pero sí diferente. Las cosas están más claras».
Valle es consciente de que el nivel de los delanteros deportivistas elevará la exigencia, algo que lo motiva: «Me parece una sensación muy buena para el Dépor. Que todos estén enchufados, que haya competencia. Eso es bueno y deseo que se mantenga todo el año. Todos estamos por un mismo objetivo e intentaremos que se cumpla lo antes posible. Cuantos más estemos mejor, con la flecha para arriba y en racha, mejor será«. De hecho, cree que jugar con dos puntas beneficia a todos: «Te da muchas cosas, tienes mucha presencia. Un equipo que siempre quiere llevar el peso y tener el balón, cuanta más gente tenga arriba, mejor».
Ya analizando el duelo con el Córdoba, no quiere fiarse del colista y avisa de que eso lo hace más peligroso: «Será un encuentro complicado. Están en una situación delicada y por eso tenemos que tener más atención. Se juegan la vida, quieren salir de ahí abajo y en ese estadio siempre tienen el apoyo de la gente».